Activistas y simpatizantes de varias organizaciones no gubernamentales marchan desde la plaza Beyazit hasta la Gran Mezquita de Santa Sofía durante una protesta contra los ataques israelíes a Gaza en el Día Mundial de los Derechos Humanos en Estambul, Turquía, el 10 de diciembre de 2023 – Foto: Esra Bilgin via Memo
Por Abdel Bari Atwan
Los “normalizadores” árabes deben seguir el ejemplo de Erdoğan antes de que sea demasiado tarde.
El anuncio del presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, el miércoles de que Turquía ha roto todos los vínculos con Israel, no continuará desarrollando relaciones y “mantendrá esta posición también en el futuro” es histórico y sin precedentes.
Esta valiente postura de uno de los países islámicos más importantes del mundo –y miembro de la OTAN– es tanto más importante cuanto que va acompañada de un deseo fuertemente expresado de restablecer las relaciones con Siria.
“Aún soy optimista acerca de (el presidente Bashar) Assad. Todavía espero que podamos reunirnos y restablecer las relaciones turco-sirias”, dijo Erdoğan a los periodistas que lo acompañaron en su vuelo de regreso de la cumbre árabe-islámica en Riad y de las negociaciones sobre el clima de la COP29 en Bakú.
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Y añadió: “Hemos tendido la mano a la normalización con Siria, porque esto abrirá la puerta a la paz y la estabilidad en territorio sirio. »
Erdoğan había adoptado fuertes posiciones verbales contra el Estado ocupante desde el inicio de sus ataques contra Gaza y el Líbano y había denunciado duramente a Benjamin Netanyahu y sus políticas genocidas.
Finalmente decidió cesar todo comercio con este Estado a pesar de la difícil situación económica de su país y de la fuerte presión ejercida por los aliados americanos y europeos de Israel.
Pero Erdoğan había sido fuertemente criticado, tanto en casa como en el extranjero, por no haber cumplido con la prohibición comercial y por haber mantenido relaciones diplomáticas con Tel Aviv.
Acaba de dar una respuesta firme y decidida a sus detractores.
Se sospecha que Israel está detrás de muchas acciones terroristas recientes en Turquía, incluido el reciente ataque al edificio de la sede de la Industria Aeroespacial de Defensa Turca cerca de Ankara.
También apoyó los planes para desmembrar Turquía y establecer un “Gran Kurdistán”, además de sabotear las prometedoras conversaciones de paz con el líder encarcelado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Ocalan.
En particular, Erdoğan dio un gran paso hacia el cumplimiento de las condiciones esenciales establecidas por el gobierno sirio para restablecer y normalizar las relaciones: la retirada de todas las fuerzas turcas del territorio sirio.
17 de noviembre de 2024 – Al-Mayadeen – Ankara respondió negativamente a la solicitud del presidente israelí Isaac Herzog de utilizar su espacio aéreo para viajar a la conferencia climática COP29 en Bakú, Azerbaiyán.
Las autoridades israelíes habían solicitado que el avión de Herzog pasara por el espacio aéreo turco en su camino a la 29ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Sin embargo, las autoridades turcas rechazaron esta solicitud.
Según un comunicado de su oficina, Herzog canceló su participación en la conferencia del sábado alegando “preocupaciones de seguridad”.
Tras la inauguración de la conferencia COP29 el lunes, decenas de manifestantes se reunieron en Bakú para expresar su oposición a “Israel”.
En esa misma rueda de prensa aérea, defendió firmemente la integridad territorial de Siria e insistió en que no estaba amenazada por sirios radicados en diferentes países, en referencia a la oposición apoyada por Turquía y sus formaciones armadas.
Luego pidió a Assad que “aprecie esto y tome las medidas necesarias para crear un buen clima en su país”.
La ruptura de Erdoğan con Israel y su apertura a Siria avergüenza a los países árabes –particularmente Egipto, Jordania, los Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Bahréin– cuyos gobiernos se han apresurado a normalizar las relaciones con el Estado ocupante y han permanecido en silencio o “neutrales” frente a su agresión asesina, sin dar un solo paso, pequeño o grande, para demostrar su solidaridad o apoyo al pueblo palestino y libanés.
El presidente turco les ha dado un ejemplo y ha tomado una iniciativa que harían bien en seguir antes de que sea demasiado tarde.
Quizás sea prematuro especular sobre la respuesta de Assad a esta demostración turca de solidaridad con el eje de la resistencia, la causa palestina y los combatientes de la resistencia que han confundido al ejército israelí y destrozado su mito de omnipotencia. Pero ciertamente no será negativo.
El regreso de las partes turca y siria al histórico Tratado de Adana de 1998, con el patrocinio y las garantías rusas, sigue siendo el camino más rápido para restablecer y desarrollar sus relaciones y poner fin a todos los errores y obstáculos anteriores.
15 de noviembre de 2024 – Raï-al-Yaoum – Traducción: Crónica de Palestina
