Esta fecha clave en los anales de la Historia del Reino es una oportunidad para recordar la epopeya heroica, que encarna el vínculo inquebrantable entre el pueblo marroquí y la gloriosa Trono alauita en la lucha por la liberación del país, la conquista de la libertad, la recuperación de la independencia y la realización de la integridad territorial. la celebración de 16 de noviembre constituye también una oportunidad para resaltar las más nobles expresiones de sincero patriotismo, dedicación a la defensa de las constantes de la nación y sacrificio altruista, en la lucha del pueblo marroquí para poner fin al Protectorado impuesto desde el 30 de marzo de 1912.
La simbiosis ejemplar entre Sultán Mohammed Ben Youssef y su pueblo fiel durante este período, en particular el apoyo del Soberano a las exigencias de independencia, su colaboración con el Movimiento Nacional y su histórico discurso en Tánger, constituyen momentos fuertes en el camino de la lucha incansable del Trono y del pueblo por la liberación. Fueron estos actos de resistencia los que llevaron a las fuerzas de ocupación a conspirar contra el sultán, ordenando su exilio con la familia real, a Córcega en 1953 y luego a Madagascar en 1954. Tan pronto como se anunció la decisión, el pueblo marroquí respondió: levantadas en masa para expresar indignación y enojo contra la ocupación extranjera. Los inicios de la lucha armada y la resistencia se manifestaron con la formación de células de resistencia y organizaciones secretas, así como el lanzamiento de operaciones heroicas contra el colonialismo, sus intereses y sus objetivos. Este período quedará para siempre marcado en la memoria colectiva como un testimonio elocuente de la determinación de los marroquíes de luchar incansablemente por el restablecimiento de la legitimidad y la recuperación de independencia.
Así, el 18 de noviembre de 1955, el Padre de la Patria, con el Príncipe Heredero y compañero de lucha a su lado, difunto Su Majestad Hassan IIdeclaró: “Estamos encantados de poder anunciar el fin del régimen de tutela y del protectorado y el advenimiento de una era de libertad e independencia”, anunciando, al mismo tiempo, que el pueblo marroquí deja atrás la batalla. de la “pequeña Jihad” a la de la “gran Jihad”. El regreso triunfal de Su Majestad Mohammed V al Reino, el 16 de noviembre de 1955, habrá marcado un punto de inflexión decisivo en el heroico camino del pueblo marroquí, bajo la dirección ilustrada de su Soberano, hacia la libertad, la dignidad y la independencia, y su lucha ininterrumpida contra la ocupación colonial desde 1912. Este regreso ilustra de la manera más bella el patriotismo sincero por el cual el Rey y el pueblo han hecho sacrificios y esfuerzos, con miras a devolver al país su grandeza y gloria, permitiendo así a los marroquíes recuperar la dignidad y la libertad respetando las constantes y valores sagrados de la Nación. El difunto Su Majestad Hassan II, que sucedió al Libertador de la Nación, continuó la labor de construir el país y completar la integridad territorial, en particular mediante la recuperación de las provincias del sur gracias a la gloriosa Marcha Verde.
Hoy, bajo el reinado de Su Majestad el Rey Mohammed VIque Dios le ayude, Marruecos prosigue el proyecto de modernización, poniendo en primer plano la defensa de su unidad territorial y la realización de un desarrollo sostenible que, garantizando a cada ciudadano una vida digna, coloque al Reino entre las naciones del concierto donde el elemento humano está en primer plano. el corazón de las políticas económicas y sociales.
