El subterfugio fue descubierto tras una investigación iniciada por las dudas de una compañía de seguros, a la que estas personas pidieron que cubriera los daños causados a un Rolls Royce Ghost, un sedán de lujo vendido por varios cientos de miles de dólares.
Los asegurados dijeron que un oso entró en el vehículo en Lake Arrowhead, una zona montañosa cerca de Los Ángeles, y rompió los asientos y dañó las puertas, según un comunicado del Departamento de Seguros de California. Incluso proporcionaron imágenes de CCTV que pretendían mostrar al animal en pleno sacrificio.
El disfraz encontrado
Pero “tras una revisión más detallada del vídeo, la investigación determinó que el oso era en realidad una persona vestida como oso”, según el comunicado. Los investigadores descubrieron entonces que los sospechosos habían ganado dinero con este plan: se presentaron otras dos reclamaciones de indemnización a diferentes compañías de seguros para dos Mercedes de alta gama.
En cada ocasión se culpó a un oso por los daños y se envió como prueba un vídeo que muestra la agresividad de la supuesta bestia. Una tesis no tan fantasiosa, porque los osos pardos de California a veces aparecen en lugares inesperados, a menudo con devastación.
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