“Entiendes que en el caso que me concierne, el automatismo tiene evidentemente consecuencias gravísimas”, respondió Marine Le Pen en el bar. “Eso tendría el efecto de privarme de ser candidato presidencial, eso es todo”.
Si el tribunal declarara culpable a Marine Le Pen de malversación de fondos públicos, podría decidir, “mediante una decisión especialmente motivada”, no condenarla a una pena de inhabilitación.
Teniendo en cuenta lo que está en juego en este caso, podemos imaginar que el tribunal pretendía justificar tal decisión en una dirección u otra.
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Condena, recurso y recurso de casación
Si Marine Le Pen es condenada al final de este juicio, es probable que apele. En este caso, la pena de inelegibilidad quedaría suspendida hasta el nuevo juicio. Y si es condenada por el tribunal de apelación, probablemente interpondrá un recurso de casación, también suspensivo.
Si comparamos los habituales retrasos de la justicia con la agenda política de Marine Le Pen, podemos imaginar que la decisión del actual juicio se dictaría en un plazo de tres meses, que un juicio de apelación se celebraría un año después de retraso, y nuevamente tres meses antes de la emisión de una decisión sobre la apelación, aproximadamente en junio de 2026.
Luego queda la etapa de apelación, antes de que la decisión judicial sea definitiva.
En materia penal, el Tribunal de Casación dicta sus sentencias en un plazo medio de cinco meses.
Pero si el expediente es complejo o los abogados son muy exigentes, este período puede alargarse considerablemente: dos años, por ejemplo, entre el recurso de François Fillon y la decisión del Tribunal de Casación (mayo de 2022-abril de 2024).
Por lo tanto, es muy posible que no haya una decisión final sobre este asunto antes de las elecciones presidenciales de 2027. Y si Marine Le Pen fuera elegida Presidenta de la República, el procedimiento se suspendería mientras dure su mandato.
Ejecución provisional
El recurso es suspensivo… a menos que el tribunal añada a la sentencia una “ejecución provisional”, lo que significa que se aplica desde el momento de la condena, haya o no apelación.
Marine Le Pen, sin embargo, no debería perder su mandato como miembro de la Asamblea Nacional si se diera el caso.
De hecho, el Consejo Constitucional se niega sistemáticamente a despojar de su mandato a los parlamentarios condenados a una pena de inelegibilidad, mientras la decisión no sea definitiva.
El argumento, sorprendente porque deja sin sentido el principio mismo de ejecución provisional, justificó en particular el rechazo de la solicitud de pérdida del mandato del exsenador socialista Jean-Noël Guérini, en 2021.
Sin embargo, una posible ejecución provisional podría pesar mucho en la balanza. Porque ¿quién sabe cómo el Consejo Constitucional, encargado de registrar y examinar las candidaturas a la presidencia de la República, recibiría la de un candidato sujeto a una sentencia de inhabilitación vigente? Actualmente no existe jurisprudencia al respecto.
Marine Le Pen juzgada el 30 de septiembre por sospecha de malversación de fondos europeos