Viaje al corazón de los destinos míticos de la gira mundial

Viaje al corazón de los destinos míticos de la gira mundial
Viaje al corazón de los destinos míticos de la gira mundial
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La Vendée Globe es una de las regatas más legendarias y exigentes del mundo: un viaje de más de 40.000 kilómetros alrededor del globo, donde cada patrón se encuentra solo frente a la inmensidad de los océanos. Más allá del desafío deportivo, esta aventura es también una oportunidad única para explorar algunos de los paisajes más impresionantes del planeta. A través de océanos embravecidos, islas aisladas y costas espectaculares, los navegantes de Vendée Globe cruzan lugares a menudo inaccesibles, imbuidos de una belleza salvaje.

¿Qué es exactamente la Vendée Globe?

La Vendée Globe es mucho más que una regata de vela. Este desafío excepcional lleva a los navegantes a través de océanos con condiciones extremas, pero también a lugares de espectacular belleza. Desde el sur del Atlántico hasta los mares helados de la Antártida, pasando por las costas de África y América del Sur, la ruta Vendée Globe no se detiene en los puertos, sino que discurre por regiones inaccesibles para el común de los mortales, ofreciendo un espectáculo grandioso tanto para navegantes como para aficionados. .

Actualmente, la Vendée Globe es la mayor regata de vela alrededor del mundo, en solitario, sin escalas ni asistencia. El evento está inspirado en el Globo de Oro de 1968, en el que se realizó la primera circunnavegación en solitario y sin escalas, rodeando los tres grandes cabos (Buena Esperanza, Leeuwin y Horn). A lo largo de las nueve ediciones de la Vendée Globe, apodada el Everest de los mares, alrededor de 200 competidores tomaron la salida, pero sólo 114 lograron cruzar la línea de meta. Esta cifra demuestra la extrema dificultad de este evento global, donde los navegantes se enfrentan a temperaturas gélidas, olas gigantes y cielos amenazadores en el sur profundo. La Vendée Globe es a la vez una aventura marítima y un viaje interior en el que exploras los límites de tu mente y tu cuerpo.

Impresionantes paisajes de la mano de los patrones.

Tras zarpar del puerto de Les Sables d’Olonne, los veleros emprendieron un rumbo legendario, sorteando los tres cabos famosos: el Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, el Cabo Leeuwin en Australia y el Cabo de Hornos en América del Sur. Estos puntos emblemáticos, conocidos por sus difíciles condiciones, también ofrecen una belleza salvaje e increíble. Los patrones tienen la oportunidad de admirar panoramas espectaculares, desde las escarpadas costas de Sudáfrica hasta las vastas extensiones del Océano Índico, sin olvidar las imponentes montañas que bordean el Cabo de Hornos.

El Cabo de Buena Esperanza

El Cabo de Buena Esperanza es un paso simbólico para los navegantes y marca la transición entre el Océano Atlántico y el Océano Índico. Aunque los patrones no se acercan directamente a este cabo, pueden admirar desde lejos sus imponentes montañas que se alzan orgullosas en el horizonte, y su mar embravecido con sus colosales olas. Este lugar ofrece una entrada memorable a los mares más salvajes del mundo.

The Doldrums y sus desafíos impredecibles

Antes de llegar al Cabo de Buena Esperanza, los patrones deberán afrontar una zona temida: los Doldrums. Ubicada justo al norte del ecuador, esta región es conocida por sus condiciones climáticas impredecibles. Los veleros pueden quedar atrapados en zonas de calma plana, donde se juntan los vientos alisios, dejando las velas sin agarre. Por tanto, los patrones deberán demostrar estrategia y paciencia para cruzar esta zona sin perder demasiado tiempo. Los repentinos aguaceros tropicales añaden dificultad adicional a esta travesía.

La Antártida y los locos años 40

Una vez al sur de África, los navegantes entran en la zona de los rugientes 40, donde los vientos suelen soplar con una fuerza impresionante. Los veleros navegan en medio del Océano Austral hacia los diferentes cabos. Además de los desafíos de la navegación, los patrones son testigos de un espectáculo natural impresionante: las aguas heladas, los icebergs flotantes y las extensiones vírgenes evocan la majestuosidad y la soledad de esta remota región. Este paso también ofrece la oportunidad de acercarse al continente antártico, una zona aún poco explorada pero crucial para la investigación científica.

Cabo de Hornos: un paso legendario

Finalmente, el último cabo, el que todos los navegantes sueñan con cruzar, es el Cabo de Hornos. Este punto de cruce entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico es uno de los lugares más temidos, con olas gigantes y vientos violentos. Al rodearlo, los navegantes pueden divisar las costas salvajes de Tierra del Fuego, una de las regiones más australes del mundo. Este momento simboliza una hazaña técnica y una inmersión en una de las zonas más fascinantes del planeta.

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