Paseando por las calles de Riga no es raro cruzarse con belgas esta semana. Y si no visten sus colores, sabemos por qué están ahí.
A pesar de la prohibición de viajar a los seguidores de Anderlecht para los partidos en Riga, Praga y Plzen, algunos de los que ya habían reservado su vuelo a Riga esta semana obviamente decidieron intentarlo de todos modos, comprando boletos en las gradas locales. En un club como el RFS, que además no juega partidos europeos en su estadio, es bastante sencillo.
Por eso, desde principios de esta semana, no es raro oír hablar francés, pero sobre todo holandés, en las calles de la capital letona, o incluso reconocer algún rostro familiar en las gradas del Lotto Park. Sin embargo, no nos encontramos con ningún seguidor del Anderlecht mostrando sus colores.
De hecho, se aprendió la lección: en Silkeborg, algunos partidarios habían sido descubiertos por la policía gracias a la colaboración entre agentes locales y belgas. Esta vez, a menos que prestemos mucha atención y les hagamos la pregunta claramente, es imposible saber quién es seguidor de RSCA o simplemente un belga que está de viaje en la ciudad de Riga.
“Es una pena que estén ausentes, tanto para nosotros como para ellos. Estaban esperando con impaciencia estos partidos europeos”, lamentó Killian Sardella en rueda de prensa cuando se planteó el tema. “Pero no podemos tolerar su comportamiento en la Sociedad y entiendo la decisión de la UEFA”.
David Hubert se enojó por completo cuando alguien le preguntó si esperaba ver a sus aficionados en las gradas de Letonia este jueves. “Espero que nos apoyen desde donde estén, desde casa o desde otro lugar. Quizás los periodistas puedan apoyarnos para compensar”, bromeó el técnico del RSCA.
Por parte letona, temíamos que se achacaran posibles excesos al RFS, al que se culparía de no haber controlado suficientemente a los partidarios belgas que acudieron a escondidas. Pero si se mantienen discretos, en teoría todo debería ir bien. Aunque claro está “prohibido”…