El grupo francés Atos, socio informático oficial de París 2024, registra pérdidas netas de varios miles de millones de euros

El grupo francés Atos, socio informático oficial de París 2024, registra pérdidas netas de varios miles de millones de euros
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Atos está en rojo e incluso en rojo brillante. El grupo francés, socio informático oficial de los Juegos de París, anunció, el martes 26 de marzo, una pérdida neta de 3.400 millones de euros para el año 2023. Una situación tanto más preocupante cuanto que ya se está desmoronando bajo una deuda récord. Hasta el punto de que Bercy está estudiando una “proteccion” de sus actividades estratégicas, las que aúnan ciberseguridad y superordenadores.

Según la dirección del grupo, que muestra cierto optimismo a pesar de la alarmante situación financiera, la existencia misma de Atos no está amenazada. Oficialmente está en marcha un procedimiento de conciliación con los distintos acreedores, entre ellos muchos bancos, con la esperanza declarada de llegar a un acuerdo sobre la reestructuración de la deuda del grupo en julio. Lo que claramente significa aplazamientos o abandonos de los reembolsos.

De hecho, por el momento, Atos teóricamente debe reembolsar 3.650 millones en préstamos y bonos antes de finales del próximo año. Un objetivo que es a priori insostenible. Sobre todo porque el grupo quería vender algunas de sus actividades para salvarse, pero no se realizó ninguna venta.

A pesar de todo, el escenario de un eventual desmantelamiento de Atos sigue siendo plausible. También es el que respalda la dirección de Atos, que decidió separar el grupo el año pasado en dos entidades distintas. Por un lado, las Tech Foundations, núcleo histórico de la actividad, la subcontratación y la instalación de sistemas informáticos en las empresas, que ahora está perdiendo impulso. Por otro lado, Eviden, que reúne las actividades a priori más prometedoras: la nube pero también la entidad BDS, que supervisa los superordenadores y la ciberseguridad. El multimillonario checo Daniel Kretinsky, interesado en Tech Foundations, acabó renunciando a la adquisición tras largas negociaciones. Airbus también abandonó la semana pasada la posibilidad de adquirir BDS, cuyo precio se estimaba entre 1.500 y 1.800 millones de euros.

De ahí la intervención de Bercy y la idea de una solución nacional, sin más detalles, para proteger las actividades estratégicas de Atos. Lo que confirmaría una reanudación de estas actividades en solitario y, por tanto, una forma de ruptura con Tech Foundations. Para complicar un poco más las cosas, el mayor accionista de Atos, David Layani, propietario del grupo One Point, que posee el 11% del capital, se opone públicamente a una separación y aboga por una Atos unificada. Con el apoyo de ciertos gremios, entre ellos la CFE-CGC.

A priori nada de qué preocuparse, a pocos meses de los Juegos de París, de los que Atos es socio informático oficial. Atos asegura estar operativamente preparado para gestionar sistemas de acreditación de deportistas y medios de comunicación, difusión instantánea de resultados de competiciones e incluso un centro de ciberseguridad con decenas de expertos. Pero la tesorería disponible del grupo, 2.400 millones de euros, no le permite continuar mucho tiempo sin un acuerdo con los acreedores, algo que se espera de cara a los Juegos Olímpicos. Esta carrera contra el tiempo es una prueba muy difícil para Atos.

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