Relaciones entre Estados Unidos y China | ¿Está Washington jugando un “juego peligroso”?

Relaciones entre Estados Unidos y China | ¿Está Washington jugando un “juego peligroso”?
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Mientras mantiene un diálogo diplomático de alto nivel con China, Estados Unidos está aumentando las alianzas de seguridad para desalentar los objetivos expansionistas regionales de la superpotencia asiática.


Publicado a las 1:23 a.m.

Actualizado a las 6:00 a.m.

Esta actitud irrita a Beijing, que advierte a Washington sobre la necesidad de respetar sus “derechos legítimos” en términos de desarrollo.

El tema fue discutido en particular el viernes durante una reunión de alto nivel entre el presidente chino, , y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que criticó las acciones contundentes del país en el Mar de China Meridional.

“He indicado claramente […] “Nuestros compromisos con la defensa de Filipinas siguen siendo inquebrantables”, advirtió el diplomático, haciéndose eco de las recientes escaramuzas ocurridas cerca de un barco hundido ocupado por soldados filipinos en el archipiélago de Spratly.

El gobierno chino aspira a controlar el tráfico marítimo en el Mar de China Meridional y ha desarrollado infraestructura militar estratégica en varios islotes mientras mantiene presión sobre los Estados que tienen reivindicaciones territoriales contrarias a las suyas.

Alianzas en abundancia

Kharis Templeman, especialista en Asia de la Universidad de Stanford, señala que varios países de la región están preocupados por los planes de Beijing y han optado por fortalecer sus vínculos con Estados Unidos para protegerse contra cualquier agresión futura.

Su situación refleja la de Taiwán, que cuenta con la protección estadounidense para contrarrestar un posible intento de invasión china.

Filipinas, que se había acercado a Beijing bajo el liderazgo del ex presidente Rodrigo Duterte, cambió completamente de rumbo con la llegada al poder de Ferdinand Marcos Jr.

Este último visitó la capital estadounidense hace unas semanas para anunciar a bombo y platillo el lanzamiento de una asociación tripartita de seguridad con Estados Unidos y Japón, viejo aliado estadounidense.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, subrayó en esta ocasión que China representa el “desafío estratégico más importante” para su país y la comunidad internacional en su conjunto.

Estados Unidos anunció en agosto otro acuerdo tripartito con Corea del Sur y Japón, que llevan mucho tiempo enfrentados debido a los abusos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial.

Estos acercamientos se añaden a una alianza estratégica concluida hace unos años con Australia y el Reino , que debería conducir en particular al posicionamiento de submarinos nucleares estadounidenses en Perth.

Un arma de doble filo

En una carta abierta publicada esta semana en el New York Timesdos especialistas de Asia subrayaron que los esfuerzos de Washington por desarrollar sus alianzas en la región Asia-Pacífico y su capacidad de intervenir contra Beijing representaban un “juego peligroso”.

Es posible, advierten Mike Mochizuki y Michael D. Swaine, que China responda duplicando sus esfuerzos para aumentar sus propias capacidades militares e incluso decida intensificar el uso de la fuerza para promover sus reclamaciones territoriales.

La región podría volverse “aún más dividida y peligrosa de lo que es hoy” en un contexto de carrera armamentista, afirman los investigadores, alarmados por la posibilidad de que un “accidente militar” o un “incidente político” conduzca a una guerra regional.

Argumentan que intensificar los esfuerzos diplomáticos con Beijing es la manera de evitar tal escenario.

Enfrentando a Beijing

Kharis Templeman señala que es poco probable que un conflicto entre superpotencias se desencadene accidentalmente.

Estados Unidos, dice, no puede hacer otra cosa que fortalecer su posición militar en la región Asia-Política para influir en el comportamiento de Beijing.

June Dreyer, especialista en Asia de la Universidad de Miami, está de acuerdo.

“Es muy bueno tener más diálogo, pero eso no hará cambiar de opinión”, señala el analista, que considera imperativo que la administración estadounidense muestre firmeza frente a Pekín.

Según ella, la experiencia de los últimos 40 años ha demostrado sin lugar a dudas que el régimen comunista ve cualquier concesión como un “signo de debilidad” y una invitación a seguir presionando.

“Cuando se hace una concesión, se la embolsan y ponen otras demandas sobre la mesa. No hay reciprocidad”, advierte M.a mí Dreyer.

“La idea de que los esfuerzos estadounidenses en la región para alentar a Beijing a la moderación tendrán el efecto contrario no se sostiene. Si no se hace nada, el régimen chino simplemente continuará con sus acciones agresivas”, concluye.

Lea la carta abierta publicada en el New York Times (en inglés; se requiere suscripción)

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