La guerra tecnológica chino-estadounidense, que estalló en 2019 cuando la administración Triunfo tenía prohibió a Huawei de las redes 5G estadounidenses por razones de seguridad nacional, da un nuevo giro radical. Esta decisión desencadenó entonces una serie de represalias entre las dos potencias: Las restricciones comerciales, las sanciones económicas y los controles tecnológicos se han multiplicado. En particular, Washington prohibió a las empresas estadounidenses vender componentes vitales a Huawei, paralizando su división de teléfonos inteligentes y obligando al gigante chino a desarrollar sus propias soluciones tecnológicas.
Estrangulamiento económico por las materias primas
La explosión del 228% del precio del antimonio en los mercados mundiales ilustra la fuerza del nuevo golpe asestado por Pekín a la industria estadounidense. Este aumento de los precios, consecuencia directa de las restricciones chinas a la exportación de minerales estratégicos, presagia Una gran crisis para la industria tecnológica estadounidense.. yoServicio Geológico de EE. UU. ya sitúa las pérdidas potenciales para la economía estadounidense en más de 3.000 millones de dólares. Esta estimación no tiene en cuenta el efecto dominó en los sectores dependientes de estos materiales, desde los fabricantes de teléfonos inteligentes hasta las industrias de defensa.
Control chino sobre recursos estratégicos
El dominio chino sobre la producción global de minerales esenciales le da a Beijing una ventaja considerable: El 94% del galio, el 83% del germanio y el 48% del antimonio proceden de minas chinas. Estos tres minerales forman la columna vertebral de la industria de los semiconductores y de las tecnologías militares avanzadas. Al bloquear sus exportaciones bajo el pretexto de la seguridad nacional, China responde a las recientes sanciones estadounidenses dirigidas a más de 140 empresas chinas de semiconductores. Esta medida podría ser sólo el comienzo, ya que los analistas temen una extensión de las restricciones sobre el níquel y el cobalto, componentes cruciales para la transición energética occidental.
El enfrentamiento tecnológico se intensifica
La batalla va ahora más allá del ámbito de los chips electrónicos para extenderse a toda la cadena de producción tecnológica. Los fabricantes estadounidenses, que enfrentan una inminente escasez de materiales críticos, se encuentran corriendo contra el tiempo para asegurar nuevas fuentes de suministro. Allá Casa Blancaque buscaba frenar las ambiciones chinas en inteligencia artificial y armas, se ve ahora obligada a repensar su estrategia industrial. Esta guerra por los recursos está remodelando las alianzas económicas globales, empujando a cada bando a desarrollar sectores de producción independientes. El costo de esta reorganización forzada de las cadenas de suministro podría transformar permanentemente el panorama industrial global.