La fortuna del suizo se ha disparado desde que anunció el fin de su carrera tenística en 2022, consolidando su lugar en el club de los multimillonarios.
Desde que Roger Federer guardó su raqueta en septiembre de 2022, su cuenta bancaria nunca ha estado en tan buena forma. Según las estimaciones de la revista suiza “Bilan”, su fortuna acaba de superar los mil millones de francos suizos en 2024. Un éxito que debe en gran medida a varias inversiones en marcas de ropa deportiva y prêt-à-porter.
En 2020, habría ganado 106 millones de dólares, según el ranking de Forbes. Un éxito que le permitió convertirse en el deportista mejor pagado, por delante incluso de futbolistas, jugadores de baloncesto y golfistas.
En 1997, cuando tenía 16 años, el jugador suizo firmó una asociación con la marca estadounidense Nike valorada en 7,5 millones de dólares al año. Pero 20 años después, en 2018, Rogerer Federer ingresó a la prestigiosa cancha de Wimbledon luciendo una nueva marca japonesa. Uniqlo habría convencido a la estrella con un compromiso de 300 millones de dólares hasta 2028. A esto se suman dos millones de dólares anuales pagados a su proveedor de raquetas Wilson desde 2006.
Una infinidad de asociaciones comerciales
En 2019, sus ganancias se estiman en más de 106 millones de dólares, lo que lo convierte en el atleta mejor pagado del mundo. Si sus ganancias en torneos ATP se estiman en 130 millones de dólares, esta cantidad no es nada comparada con la fortuna que ha amasado gracias a sus colaboraciones con Rolex, Mercedes-Benz, Moët Hennessy, Lindt, Barilla e incluso el banco Credit Suisse. En marzo pasado, Roger Federer también firmó una nueva asociación con el fabricante de gafas Oliver Peoples.
Así, el suizo rápidamente acumuló unos cómodos ahorros que no dejó inactivos. Este último aprovechó la oportunidad para comprar acciones de innumerables marcas deportivas. Así, en 2019 se convirtió en accionista de la marca de running On de Zurich e incluso desempeña un papel estratégico en proyectos de marketing interno o de I+D. Tanto es así que la compañía está impulsando sus ventas y cotizando en la Bolsa de Nueva York en 2021.
“Su rating se quedará sin fuerza. Las nuevas generaciones nunca le han visto jugar y su línea de zapatillas con On no alcanzará el aura de Air Jordan o Stan Smith. Ha llegado a un techo de cristal”, afirma Lionel Maltese, profesor de la Universidad de Aix-Marsella, entrevistado por Le Matin Dimanche.