Canadá está lejos de ser un campeón de la competencia en el sector bancario, lo que no impide que los nuevos actores virtuales hagan todo lo posible para convencer a los nuevos clientes de que abran una cuenta corriente con ellos para depositar su sueldo.
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Tangerine, propiedad de Scotiabank, es la más conocida. Pero hay otras: Wealthsimple, EQ Bank y Manulife, entre otros, ofrecen cuentas corrientes sin tener sucursales físicas.
Para atraer clientes, estas instituciones financieras ofrecen tasas de interés más altas que los bancos y no imponen tarifas a los usuarios.
National Bank, Desjardins, BMO, RBC, TD y Scotia ofrecen un interés del 1,15% sobre la cuenta corriente. En EQ Bank, es del 3,50%, siempre que deposite su cheque de pago allí. Es 2,25% en Wealthsimple y 2,15% en Manulife.
No más tarifas
Con una tasa del 3,5%, 5.000 dólares depositados en una cuenta generan 175 dólares en un año. No es mucho y por eso es importante la cuestión de las comisiones bancarias.
Los canadienses pagan más de 7 mil millones de dólares al año en exceso de comisiones a los bancos, calculó North Economics en marzo pasado.
La consultora comparó los resultados financieros de cinco grandes bancos canadienses con los de bancos ingleses y australianos para elaborar su estimación.
En el Reino Unido y Australia, las comisiones por las cuentas y por los retiros en cajeros automáticos son mucho más baratas o nulas.
En Canadá, no es raro tener que pagar entre 15 y 30 dólares al mes para utilizar su cuenta bancaria, aunque se ofrecen tarifas reducidas a estudiantes y personas mayores. Y eso sin mencionar las tarifas de $3,50 y más por transacción en los cajeros automáticos.
Los bancos mantienen en secreto los ingresos procedentes de las tarifas de uso y se niegan a revelarlos por “razones competitivas”.
Son estas tarifas de 250 dólares por canadiense al año, según North Economics, las que las instituciones financieras virtuales proponen eliminar.
No solo rosa
Pero tenga cuidado, advierten los expertos en opciones, porque cambiar a un banco virtual no está exento de riesgos.
La tarjeta de débito que ofrece EQ, por ejemplo, es una tarjeta de crédito prepago que se puede recargar online en cualquier momento.
“Si lo pierdes o te lo roban, el dinero desaparece”, afirma Alyssia Marchetta, asesora de presupuesto de la organización de protección al consumidor.
Para evitar gastos bancarios, es posible utilizar únicamente la tarjeta de crédito y reembolsarla sistemáticamente, sugiere.
Su recomendación, si un cliente decide pasarse a un banco virtual, es mantener una cuenta en un banco tradicional por un tiempo, para asegurarse de que todo funcione como desea.
El servicio de atención al cliente puede resultar más difícil de alcanzar en sus instituciones financieras virtuales, añade el asesor.
Sobre todo, también pueden aparecer tarifas dependiendo del uso que hagas de tu cuenta. “Puede resultar caro y es importante leer el contrato, especialmente la parte relativa a los honorarios”, afirma.
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