CRÓNICA – Los donantes de la campaña del presidente electo están obteniendo el valor de su dinero: el bitcoin ha ganado un 50% en un mes y está creando un efecto de riqueza artificial no visto desde las hipotecas de alto riesgo.
Definitivamente este no es un espectáculo para nuestras sensibles almas europeas. Desde la elección de Donald Trump el 5 de noviembre, asistimos a una bacanal financiera en Estados Unidos. Los índices bursátiles vuelan de récord en récord. Sólo en noviembre se invirtieron 140.000 millones de dólares adicionales (según datos de EPFR) en acciones estadounidenses. Algo inaudito desde la burbuja de Internet de la década de 2000, Wall Street es, más que nunca, un poderoso aspirador de capital: todas las demás regiones importantes del mundo están mostrando flujos netos negativos. Ninguna de las preocupaciones fundamentales sobre el programa Maga, y en particular su potencial inflacionario, parece frenar esta euforia. Las promesas de Donald Trump son irresistibles.
El presidente electo planea bajar los impuestos. Planea una ola de desregulación, particularmente para las actividades bancarias y financieras. También pretende desmantelar parcialmente el arsenal anticoncentración…
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