DESCRIPCIÓN – Los franceses siguen muy apegados a estos juguetes emblemáticos que recibieron durante su infancia. Y hoy, ellos, a su vez, los transmiten, seducidos por su autenticidad, su durabilidad y la historia que llevan.
Una espesa niebla cubre las mesetas del Jura. A finales de noviembre, tres semanas antes de Navidad, la calma reinante es sólo una apariencia. En la planta de producción de Smoby en Arinthod, la gente está ocupada preparando los regalos de Navidad encargados por los niños. La marca francesa de famosas casas de plástico, creada en 1964, celebra este año su centenario sin la menor arruga. “Nuestros productos perduran en el tiempo, los niños siempre jugarán con una cocina, una mesa de trabajo y siempre querrán una casita”sonríe Alexis Delorme, director general de Smoby Toys. Nadia, de 38 años, compró un tobogán de plástico de la marca para su primer hijo, que ahora tiene 7 años. Sus dos hermanos pequeños también tienen la oportunidad de deslizarse por el mismo tobogán instalado en el jardín de la familia Ile-de-France. “Aparte de los colores ligeramente descoloridos, no se ha movido”desliza el treintañero.
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