El CAC 40 ha progresado durante la última semana. Se espera que el BCE recorte los tipos este jueves.
En última instancia, el tumulto político francés tuvo poco impacto en los mercados financieros europeos. Los índices terminaron la semana al alza, respaldados por las perspectivas de que los bancos centrales bajen los tipos.
El gobierno de Michel Barnier cayó, dejando al país sin presupuesto para 2025 y generando temores de una crisis de deuda.
La cuestión del presupuesto sigue siendo un problema central, ya que los recortes son necesarios para que Francia reduzca su déficit público y restablezca el crecimiento y la confianza. En efecto, el déficit actual de Francia supera el 6% del PIB y el Gobierno pretendía reducirlo por debajo del 5% para acercarse al límite del criterio de Maastricht fijado en el 3%, que deben respetar los países miembros de la Unión Europea.
En este contexto, el diferencial de tipos entre los bonos franceses y alemanes a 10 años se ha ampliado significativamente desde junio, lo que marca el deterioro de la confianza de los inversores en el país. Sin embargo, Francia sigue endeudándose a tipos modestos y las nuevas emisiones han encontrado compradores. Incluso si será difícil encontrar un consenso en torno a un presupuesto para 2025, no se espera una ampliación del diferencial en el corto plazo, respaldada por la perspectiva de tasas más bajas por parte del Banco Central Europeo (BCE). Además, el niño francés de 10 años se relajó rápidamente, elevando la diferencia con el Bund a 75 puntos.
El CAC 40 se mantuvo en calma e incluso avanzó a lo largo de la semana. El índice perdió un 8% desde el 9 de junio, fecha de la disolución de la Asamblea Nacional, y ya se registró la caída del gobierno. Son especialmente las empresas de pequeña y mediana capitalización las que son sensibles a las políticas internas y los tipos nacionales. Por tanto, las grandes capitalizaciones, que generan la mayor parte de su facturación en el extranjero, respaldan los índices.
Las incertidumbres sobre la zona del euro persistirán a finales de año y las perspectivas dependerán sobre todo de la capacidad de China para reactivar su economía, de los nuevos aranceles aduaneros de la administración Trump y de un consenso a nivel político en Francia y Alemania.
En un entorno de crecimiento lento y déficit creciente, se espera que el BCE reduzca las tasas el 12 de diciembre. Las nuevas presiones sobre los precios en noviembre, un sector secundario en profunda recesión y la incertidumbre sobre la política comercial estadounidense no dejan dudas sobre la continuación de la flexibilización monetaria por parte del BCE.
En Estados Unidos, la actividad de servicios disminuyó en noviembre, mientras que el mercado laboral se vio perturbado por el mal tiempo en octubre. Se espera que la Reserva Federal reduzca sus tipos en 25 puntos básicos la próxima semana y luego esperará a ver los impactos del programa del nuevo presidente en su economía antes de dar una agenda para los próximos recortes.
A pesar del auge político, el índice S&P 500 subió un 0,96%, el Nasdaq un 3,31% y el Stoxx Europe 600 un 2%. Esta semana, la reunión del BCE y la divulgación de sus perspectivas sobre la economía de la zona serán objeto de especial atención.
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