Par
Manon Haddouche
Publicado el
20 de diciembre 2024 a las 21:20 h.
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A todos o casi a todos les gusta chocolate. Lo consumimos en todas sus formas, para chuparnos los dedos. Barritas, dulces, bebidas calientes, bollería, papillotes… viene de muchas formas. Si los supermercados están repletos de opciones, ¿dónde encontrar la combinación de sabor y calidad para las fiestas? En esta época en la que el placer de la mesa se mezcla con el de estar juntos, hemos seleccionado artesanos apasionadosque hacen de un producto de consumo un cumplió con la excepción. La oportunidad de descubrir, de un bocado, todo sabor a saber hacer. Hoy: Ōme, Bean To Bar en Montpellier.
Chocolate en la mesa… o debajo del árbol
Tanto si no puedes resistirte como si quieres ofrecerlo, el chocolate deDios mío se adornó con sus mejores galas festivas. Hay cajas de degustación compuestas por cuadrados de chocolate negro, frutas confitadas recubiertas de chocolate negro (limón, naranja y jengibre, víctima de su éxito), pero también dos barras con praliné, una de avellana y otra de almendra. También se puede encontrar una caja llena de vainas rellenas de praliné de avellanas. Para los aficionados, está disponible una caja de dulces con cuatro bombones diferentes. También hay avellanas enteras y granos de cacao tostados recubiertos de chocolate negro. Más delicioso, el turrón de sésamo también recubierto, como pequeñas chispas de chocolate amargo, con trozos de frijoles espolvoreados por encima. Para las fiestas también se dispone de un arbolito elaborado con capas de mendigos sobre los que se asientan frutos secos, frutas confitadas y turrones. Para los habituales, la gama clásica todavía está disponible.
Del frijol al chocolate, el primer “Bean To Bar” de Montpellier
Hace seis años, durante un viaje profesional a San Francisco, Florent Behaegel descubrió el concepto “Bean To Bar”, un enfoque artesanal e integral de elaboración del chocolate donde los productores supervisan cuidadosamente cada etapa de producción, desde el grano de cacao (grano) hasta la barra de chocolate (barra). Este movimiento valora la calidad, la trazabilidad y la transparencia, y los chocolateros a menudo se distinguen por su compromiso con prácticas sostenibles y justas. Para ello, establecen relaciones directas con los productores de cacao y se esfuerzan por ofrecerles un precio justo por sus granos.
De regreso a Francia, Florent conoció a Sophie Paluel-Marmont, hoy su compañera de vida y de trabajo, y juntos se apasionaron por el Bean To Bar de París. Hoy, esta pasión se hace realidad en su boutique de Montpellier: Ōme. Una auténtica fábrica de chocolate, también una bodega de granos de cacao, pero también una tienda y una zona de salón de té.
Futuro :
Muy comprometidos con su visión global, Sophie y Florent cuidan los detalles: su chocolate se transporta en barco. Mantén los ojos bien abiertos, pronto un artículo te explicará este viaje marítimo y respetuoso con el medio ambiente.
Ōme Chocolat, 56 rue Saint-Guilhem, en Montpellier. 06 78 92 29 15.www.omechocolat.com
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