En el este de la República Democrática del Congo, desde la captura de la explotación minera de Rubaya, en territorio de Masisi, por los rebeldes del M23, apoyados por Ruanda, las autoridades de la provincia de Kivu del Norte se quejan de la escasez de minerales de explotación. Antes de la guerra, el sector minero aportaba más del 40% del presupuesto provincial. Hoy, Kivu del Norte dice que su producción de coltán se ha reducido en 100 toneladas por mes, por un valor de alrededor de 7 millones de dólares.
De nuestro corresponsal en Goma,
En la sede de Kivu Mineral Resources SARL, una de las empresas de Goma que compra minerales, el ambiente no es bueno. La facturación de la empresa está disminuyendo debido a problemas de suministro. “ Perdimos principalmente en territorio Masisi: Rubaya, Ngungu, explica Yvette Mwanza, directora general de la empresa, también presidenta de la Cámara de minas en el seno del consejo provincial de la Federación de Empresas Congolesas (FEC), en Kivu del Norte. Todas estas localidades producen mucho coltán. [colombite-tantalite, NDLR]. Pero en el caso del coltán ya casi no recibimos nada. Podemos producir fácilmente 30 toneladas de coltán al mes. Ahora bien, si se toma coltán de Maniema, en un mes entero sólo se pueden recibir tres toneladas. »
Entorno 15 % de la producción mundial de tantalio
La captura de Rubaya por el M23 afecta a más de 6.000 mineros artesanales que se encuentran en paro, según la cooperativa de mineros artesanales de Masisi. Muchos excavadores han huido, lo que también preocupa a la ONU. “ En Kivu del Norte, la consolidación del control administrativo del M23 sobre los territorios de Masisi y Rutshuru en Kivu del Norte le permitió establecer un control total sobre la producción de coltán, subrayó Bintou Keita, jefa de la MONUSCO, durante su última visita al Consejo de Seguridad en Nueva York el pasado mes de septiembre. El comercio de la región de Rubaya, que se estima proporciona más de 15 % de la producción mundial de tantalio, genera alrededor de 300.000 dólares mensuales para el grupo armado. Esta situación es profundamente preocupante y debe terminar. »
El deber de diligencia de los compradores
En este contexto, los Estados y las empresas deben asumir su responsabilidad ante la sociedad civil. “ Todos estos guerras en que vivimos se alimentan de la minería, subraya Alexis Muhima, líder del grupo temático Minas e Hidrocarburos de la sociedad civil de Kivu del Norte. Y entonces, para nosotros, si todos estos estados y empresas que se abastecen de minerales de esta zona respetan el deber de diligencia, esto cortará cualquier vínculo entre el suministro de estos grupos armados con minerales ilícitos. »
El M23-AFC anunció, en mayo pasado, que prohibiría a sus hombres el acceso a las minas. Sin embargo, varios miembros de la sociedad civil denuncian el tráfico de minerales, que luego se exportan ilegalmente a Ruanda y Uganda.
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