Durante la última prueba, el cohete ganó un nuevo admirador: Donald Trump. En su discurso de victoria la noche de las elecciones presidenciales, describió haber visto el vuelo y sentirse como si estuviera “en una película”.
“Llamé a Elon. Le dije: Elon, ¿eres tú? Él dijo que sí. Le dije: ¿quién más puede hacer esto? ¿Puede Rusia hacerlo? No. ¿Puede China hacerlo? No. ¿Pueden hacerlo los Estados Unidos además de usted? ?
“Dije, por eso te amo, Elon, eso es increíble”.
El jefe de SpaceX gastó decenas de millones de dólares para apoyar la campaña del republicano y, a cambio, consiguió un puesto de asesor, ignorando posibles conflictos de intereses, ya que SpaceX tiene numerosos contratos en curso con el gobierno estadounidense.
Aterrizaje diurno
El despegue de este sexto vuelo está previsto a partir de las 16.00 hora local (22.00 GMT) desde la base espacial Starbase de la compañía en el extremo sur de Texas.
Los objetivos serán en gran medida similares a los de la prueba anterior.
El cohete está formado por la primera etapa Super Heavy (70 metros de altura) y, encima de ella, la nave Starship (50 m), que por extensión da nombre a todo el lanzador.
Luego de impulsar la nave, Super Heavy se desprende de ella y comienza su descenso. En octubre, en lugar de abandonar su rumbo en el mar como en el pasado, logró realizar una maniobra sin precedentes: regresar a su puesto de tiro.
Justo antes de tocar el suelo, unos brazos mecánicos instalados en la torre de lanzamiento, apodados “las varitas”, se cerraron a su alrededor y lo inmovilizaron.
Por su parte, el Starship continuó su vuelo hasta aterrizar en el Océano Índico.
La misma coreografía está prevista para el martes, aunque el barco desembarcará durante el día para favorecer las observaciones visuales. También están previstas pruebas del escudo térmico.
¿Marzo en 2 años?
Todos estos vuelos representan verdaderos desafíos para una máquina de este tamaño. Varias de las primeras pruebas terminaron en explosiones.
Y en un vídeo publicado a finales de octubre por Elon Musk, en el que se le muestra jugando a un videojuego, un hombre al fondo informando sobre la quinta prueba cuenta cómo SpaceX estuvo a “un segundo” de ordenar que el cohete se estrellara junto a la torre de lanzamiento. .
La empresa está desarrollando intensamente el Starship, lanzando prototipos sin carga, para corregir rápidamente los problemas encontrados en situaciones de vuelo reales.
“Las primeras naves espaciales a Marte despegarán en dos años”, dijo recientemente Elon Musk. “Estos vuelos serán no tripulados para comprobar la fiabilidad de un aterrizaje intacto en Marte”.
“Si estos aterrizajes van bien, los primeros vuelos tripulados a Marte se realizarán en cuatro años”, añadió el jefe, conocido por sus predicciones muy optimistas.
Donald Trump ha dicho que quiere enviar misiones de este tipo a Marte antes de que finalice su mandato.
Para su nuevo compañero espacial, el objetivo final es construir “una ciudad autosuficiente en el planeta rojo dentro de 20 años”.