“El Estado francés y Europa deben tomar conciencia de los riesgos de renunciar a la soberanía económica sobre los datos”

“El Estado francés y Europa deben tomar conciencia de los riesgos de renunciar a la soberanía económica sobre los datos”
“El Estado francés y Europa deben tomar conciencia de los riesgos de renunciar a la soberanía económica sobre los datos”
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TIENE En el momento del rearme industrial y tecnológico defendido por el presidente Emmanuel Macron durante su discurso en la Sorbona el 24 de abril, la decisión de la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) autorizó, cuatro meses antes, al gigante tecnológico estadounidense Microsoft. alojar los datos de salud de los franceses suena como “una derrota extraña”según la triste fórmula del historiador Marc Bloch (1886-1944).

Para justificar su decisión, el policía responsable de la protección de los datos personales de nuestros conciudadanos argumentó que no existe ningún actor europeo en la nube capaz de ofrecer una solución alternativa que responda “requisitos técnicos y funcionales (…) para la implementación del Health Data Hub en un plazo compatible con los requisitos de este último”. En primer lugar, debemos estar en desacuerdo con esta afirmación.

Francia cuenta con un vasto y diverso ecosistema de empresas tecnológicas, compuesto tanto por grandes grupos reconocidos a nivel mundial, como Atos, Capgemini, Orange, Thales, Dassault Systèmes, Docaposte, como por medianas empresas (ETI) a la vanguardia de la seguridad con capacidades funcionales competitivas. En Bruselas también resulta sorprendente, por no decir preocupante, ver a la Comisión Europea considerando una revisión del Sistema de Certificación de Ciberseguridad de los Servicios en la Nube (EUCS) de la Unión Europea, que abandonaría el criterio de soberanía y abriría de par en par las puertas a la nube europea a los gigantes americanos y chinos.

Los datos, el oro negro del siglo XXI

Pero, en un momento en que Atos, uno de nuestros campeones nacionales, está bajo la amenaza de ser absorbido por inversores financieros extranjeros, el Estado francés y Europa deben tomar conciencia de los considerables riesgos que supone renunciar a la soberanía económica. datos. Si el petróleo fuera el oro negro del siglo XXmi Sin duda, los datos han ocupado este lugar en el siglo XXI.mi siglo. Es hora de tomar decisiones que estén a la altura de los desafíos. Francia no puede decidir perder la batalla por la soberanía tecnológica para no dejar nuestro patrimonio económico en manos únicamente de multinacionales estadounidenses, que persiguen intereses estratégicos y financieros opuestos a los nuestros.

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Es posible un nuevo impulso. Hace doce años, el Estado francés decidió crear una organización pública, Bpifrance, destinada a favorecer el surgimiento de una auténtica “nación start-up”. En aquella época, el capital riesgo francés era muy modesto. Hoy en día, es el segundo ecosistema más grande de Europa, detrás de Gran Bretaña pero muy por delante de Alemania.

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