Este umbral dejará al BNS poco margen de maniobra en la segunda mitad del próximo año, lo que podría empujar al banco nacional a considerar medidas no convencionales, como un regreso a los tipos negativos.
¿Por qué volver a los tipos negativos?
En primer lugar, es importante señalar que si bien la inflación alcanzó el 2,5% en 2023, ha disminuido significativamente desde entonces, situándose en apenas el 0,6% interanual en octubre. Además, Suiza acaba de vivir cinco meses consecutivos de inflación nula o negativa, una situación no vista desde 2020.
En este contexto, un retorno a tipos de interés negativos podría constituir una palanca para estimular la economía y evitar una deflación prolongada. De hecho, esta política monetaria fomentaría las inversiones y el consumo, evitando al mismo tiempo una posible espiral deflacionaria que perjudicaría el crecimiento económico del país.
El impacto de la fortaleza del franco frente al euro
Otro factor que podría llevar al BNS a recortar los tipos por debajo de cero es la continua fortaleza del franco suizo frente al euro. Los mercados financieros prevén entre cinco y seis recortes de tipos de aquí a septiembre de 2025 por parte del Banco Central Europeo (BCE), a un ritmo del -0,25% por reducción, frente a sólo tres recortes del BNS.
Si se confirman estas previsiones, el diferencial de tipos entre Suiza y la zona del euro debería disminuir y, en consecuencia, fortalecerse el franco suizo.
Los efectos de un retorno a tipos negativos
Un posible retorno a tipos negativos podría tener efectos contrastantes. Para los prestatarios, en particular los titulares de hipotecas y las empresas, esta medida reduciría sus costos de endeudamiento y financiación. Por otro lado, los inversores y los fondos de pensiones tendrían más dificultades para garantizar el rendimiento mínimo del 1% impuesto por la LPP, a menos que aumenten su asunción de riesgos.
Una decisión incierta pero posible
La posibilidad de que el BNS vuelva a los tipos de interés negativos sigue siendo incierta pero plausible. La inflación, la fortaleza del franco suizo y las estrategias monetarias del BCE son variables que determinarán la decisión final del banco nacional. Sin embargo, una cosa es segura: el regreso a los tipos negativos no estará exento de consecuencias, y el BNS tendrá que sopesar cuidadosamente las ventajas y desventajas antes de emprender este camino.