El megaproyecto del tranvía provocó el miércoles una nueva disputa verbal entre el líder conservador Pierre Poilievre y el alcalde de Quebec, Bruno Marchand.
“¿Tiene sentido hacer exageraciones excesivas o incluso completamente falsas? ¿Es eso sentido común? ¿Es eso lo que queremos como primer ministro?” preguntó Marchand el miércoles por la tarde, en un comunicado de prensa improvisado.
A este último se le pidió que comentara un tweet de Pierre Poilievre, que describía el tranvía como “un proyecto costoso que los quebequenses no quieren”. El propio líder conservador reaccionó a una encuesta de SOM:el sol-FM93 en el que supimos que el apoyo al tranvía cayó al 40% en la población de Quebec.
“¿El cuarenta por ciento de la población de Quebec no es nadie? Las cosas ya van mal. Esta es una premisa falsa. Es sólo un sofisma”, añadió el alcalde, visiblemente molesto.
Cuando se le preguntó si el líder del Partido Conservador de Canadá (y posible futuro Primer Ministro del país) interfiere en este asunto, Marchand afirmó que sería “un error” cuestionar grandes proyectos de infraestructura entre sí. cambio de gobierno.
Si Quebec no obtiene su parte justa de las inversiones federales, esto representaría “una injusticia flagrante”, ya que los ciudadanos de la ciudad participaron en la financiación de importantes proyectos de transporte público en Montreal y en otras partes de Canadá, afirmó.
“No es el fin del mundo”
El alcalde Marchand no se mostró demasiado preocupado por esta caída del apoyo al tranvía. “En todos los proyectos grandes como este, cuando hay el más mínimo retraso en la implementación, ese es siempre el efecto que tiene. El clima tiene un efecto negativo en los grandes proyectos. No es el fin del mundo”, puso las cosas en perspectiva.
Este último espera que la aceptabilidad social siga siendo un problema durante la fase laboral. Sólo después de su puesta en funcionamiento el tranvía será “reconocido, aceptado y aclamado por la mayoría”, considera.
Llamado para comentar el mismo sondeo, el líder de la oposición, Claude Villeneuve, afirmó que la disminución del apoyo es “una tendencia desde que Marchand se proclamó “Capitán del tranvía””. Villeneuve lamentó que el megaproyecto “casi nadie lo defendiera”.
El jefe de la segunda oposición, Patrick Paquet, se declaró convencido de que el contrato de material rodante con Alstom había expirado y que habría que volver a licitar. También anticipó un aumento significativo de los costos según sus propias proyecciones. Instó al alcalde a retirarse del proyecto CDPQ Infra. “Con este proyecto nos topamos con un muro”, tronó.
Por su parte, Jackie Smith, responsable de Transición Québec, atribuyó la disminución del apoyo al tranvía a “la postergación del CAQ durante meses y años” y a “las radios privadas [qui] seguir denigrando el proyecto a diario [parce qu’elles] tienen interés en mantener una audiencia cautiva en el tráfico.
TGV
Por otra parte, todos los actores del panorama municipal de Quebec celebraron el regreso a la actualidad de un TGV que une Quebec con Toronto.
“Quebec está en el tintero […]. Lo queremos. Lo necesitamos. Y eso también cambia las reglas del juego para poder viajar, en este caso, a Ontario”, dijo Bruno Marchand.
– Con la colaboración de Stéphanie Martin
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