Para capturar con éxito fotografías magníficas de animales salvajes, es esencial dominar algunos conceptos básicos. Nuestros consejos prácticos para ayudarle a mejorar sus fotografías de vida salvaje.
La fotografía de vida silvestre es una actividad fascinante que requiere paciencia y perseverancia, sentido de observación y una buena dosis de técnica. La suerte también juega con estos magníficos sujetos vivos que rara vez quieren posar frente al objetivo.
Haz un poco de exploración
Antes de salir en busca de la fotografía perfecta, debes tomarte el tiempo para conocer las especies que deseas fotografiar. Necesitamos descubrir sus hábitos (lugares de alimentación, agua, etc.), las regiones donde viven, las épocas en las que están más activos. Estas ubicaciones le permitirán ir al lugar correcto en el momento correcto.
Mantente discreto
Los animales salvajes podrán huir si detectan tu presencia. Por tanto, la discreción debe ser la palabra clave para unas fotografías exitosas. Para aumentar tus posibilidades de observarlos y fotografiarlos a tu aire, camuflate lo máximo posible (atuendo, escondite o refugio, protección de camuflaje para la lente, etc.) y evita movimientos bruscos.
Esta discreción también es necesaria para no molestar o perturbar a los animales observados.
Ser paciente
El tiempo es un parámetro importante para el éxito de una fotografía de animales salvajes. De hecho, cuanto más tiempo pase escondido, más optimizará sus posibilidades de tomar fotografías interesantes.
Para compensar la espera, lleva algo con qué lidiar tanto en climas cálidos como fríos y algo para hidratarte.
Tener la cámara y el teleobjetivo adecuados
Una buena fotografía de vida salvaje requiere un buen equipamiento, pero también saber utilizarlo. Por lo tanto, debes practicar con tu cámara (preferiblemente réflex o híbrida) antes de salir al campo.
Es fundamental tener un teleobjetivo con una distancia focal larga (por ejemplo, 400 mm o más) para acercarse al sujeto sin molestarlo. Lo ideal, para capturar imágenes con poca luz y aislar al animal con un desenfoque estético en el fondo y en primer plano (llamado bokeh), debería tener una apertura grande (como f/2.8 o f/4). Esto es lo que permite que entre más luz al sensor.
Espera el momento adecuado
Elegir el momento en el que la luz es más bella es un elemento clave para el éxito en la fotografía. Sin embargo, el momento ideal es justo antes del amanecer o del atardecer (unos 10 minutos antes). Es decir cuando la luz es rasante, suave, cálida y ofrece bonitos colores y texturas.
Por tanto, conviene evitar la luz intensa en pleno día, que difumina los detalles y los contrastes de las fotografías al incidir verticalmente sobre el pelaje y el plumaje de los animales. Además, al amanecer, muchos animales salvajes abandonan sus guaridas en busca de alimento. Por lo tanto, tienes más posibilidades de toparte con ellos.
trabajar el fondo
Hay que tener cuidado de no descuidar la elección del fondo, que debe resaltar el sujeto sin distraer la atención. Por tanto, es preferible favorecer un fondo sencillo y refinado.
Colocar la cámara al mismo nivel que el animal ayuda a aislarlo del resto de la escena. Para ello, no dudes en tumbarte o ponerte en cuclillas. Este ángulo de visión acentuará el desenfoque del fondo y realzará el sujeto fotografiado.
Apunta a los ojos
Es fundamental centrarse en los ojos del animal para una fotografía exitosa. Por tanto, debes centrarte en la mirada del animal para captar la atención de las personas que mirarán la fotografía y crear una conexión emocional con ellas.
Cuando el animal está en movimiento (un pájaro en vuelo, por ejemplo), optar por el modo ráfaga de tu cámara aumenta tus posibilidades de capturar una foto excepcional.