En 2024, hubo muchas críticas antes de los Juegos Olímpicos de París. El eslogan viral #PasdeRetraitPasdeJO ilustró la amenaza de perturbaciones vinculadas a las tensiones sociales, particularmente en torno a la reforma de las pensiones. Algunos observadores predijeron un caos organizativo. Sin embargo, Francia supo estar a la altura del desafío. A pesar de un contexto tenso, los Juegos Olímpicos de París dejaron una impresión duradera por su impecable organización, su impacto económico y su influencia internacional.
Senegal ante las mismas dudas
En 2026, Senegal se convertirá en el primer país africano en albergar los Juegos Olímpicos de la Juventud. Los escépticos, como en Francia en 2024, señalan los desafíos logísticos, económicos y sociales. Sin embargo, al igual que París, Senegal está mostrando avances concretos.
Los proyectos de infraestructura, en particular en Dakar, Diamniadio y Saly, van por buen camino. El gobierno, apoyado por el Comité Olímpico Internacional (COI), movilizó considerables recursos para garantizar el éxito de este evento. Los beneficios esperados son múltiples: la influencia internacional de Senegal, la revitalización del turismo y la economía local y la promoción de la juventud africana.
Un éxito anunciado para Senegal
Los Juegos de París demostraron que, a pesar de los obstáculos, un evento de esta magnitud puede ser un éxito rotundo. Senegal se inspira en este ejemplo para transformar las dudas en oportunidades.
Como señala el ministro senegalés de Deportes: “ Sabemos que se están levantando voces escépticas, como ocurrió en Francia. Pero tenemos fe en nuestras capacidades. Senegal estará dispuesto a acoger al mundo y honrar a África ».
Al igual que Francia en 2024, Senegal en 2026 demostrará que el deporte puede trascender obstáculos y unificar naciones.