Ante la epidemia de gripe, el nivel de alerta por infecciones respiratorias pasa al código naranja en Bélgica. Una medida que implica recomendaciones, en particular la devolución de la mascarilla en determinados lugares. La población acoge esta decisión de forma dividida.
La situación sanitaria se está complicando, especialmente en Bruselas y Valonia, donde las infecciones respiratorias están experimentando un aumento significativo. La causa: la epidemia de gripe.
En respuesta, se activó el código naranja, que supone el retorno a determinadas recomendaciones sanitarias, como el uso de mascarilla en hospitales, durante consultas o visitas, así como para personas vulnerables o sintomáticas en lugares públicos.
En los hospitales, la reintroducción de la mascarilla provoca reacciones contrastantes. “Ya no quiero usar esta cosa realmente inútil”lamenta un paciente, exasperado por esta medida. Por el contrario, otro paciente con poliartritis afirma: “Me pongo la mascarilla porque no soy inmune a los gérmenes”.
Vigilancia necesaria en los hospitales
En algunos departamentos hospitalarios, el uso de mascarillas nunca ha cesado. Patricia Lebrun, enfermera jefe del servicio de neumología y alergología, recuerda la cuestión vital para los pacientes más frágiles: “Tenemos personas que regresan de terapia intensiva con otras patologías a las que se suma la gripe y esto puede poner en peligro su vida”.
De las 30 camas de su departamento, casi la mitad de los pacientes están aislados a causa de la gripe.
Un regreso gradual a los gestos de barrera
Si vuelve la mascarilla, otros gestos de barrera parecen olvidados. Anne Simon, médica especializada en prevención y control de infecciones, constata cierta negligencia: “Durante el Covid, nadie se olvidó de desinfectarse las manos, incluso al regresar al supermercado, desde entonces verás pasar a 10 personas y nadie se desinfectará las manos. Realmente tenemos recordatorios que hacer”.
En algunas residencias de ancianos, como en la que trabaja Jérôme Prévot, un cuidador, la mascarilla volvió a aparecer mucho antes del anuncio del código naranja. “Es complicado devolverlo. Son malos recuerdos que vuelven. Pero lo hacemos para evitar que la epidemia progrese demasiado”.explica.
De los 55 residentes, 8 presentan síntomas de gripe, pero la situación sigue bajo control.
Además de llevar mascarilla en hospitales y residencias de ancianos, se recomienda a las personas sintomáticas o vulnerables que la utilicen en lugares públicos y durante reuniones, para limitar la propagación de la epidemia.
Epidemia de gripe Alerta naranja en Bélgica con mascarilla