25 de diciembre. Día de Navidad. Después de las comidas y reuniones familiares, algunos decidieron continuar las fiestas en Barcarès.
Paseo digestivo (y gourmet) o continuación de fiestas familiares. Este día de Navidad, miércoles 25 de diciembre, las callejuelas del Village Christmas de Barcarès están repletas de gente. Especialmente en el momento del gran desfile. Después de la Nochevieja del 24 de diciembre y de las comidas tradicionales del día siguiente, las familias acudieron a pasear por el corazón de la meca de la magia navideña. A las 16.30 horas, las carrozas, artistas y bailarines actúan ante la mirada atónita de los transeúntes. Eclélia, Tymeo y sus padres, originarios del Norte, exactamente de Jeumont, acudieron todos los días expresamente al tan esperado espectáculo.
Más adelante, con los ojos muy abiertos, es la pequeña Lysandre, originaria de Tarn y Garona, quien descubre la historia de la procesión donde se unen los sueños y la realidad: “Acabo de ver las hadas, el Cascanueces y las princesas, fue tan bonito.“, confiesa la joven en voz baja. Y por suerte, la familia de Lysandre no es otra que la propietaria de la sociedad Coffignial, que ganó el mercado de las decoraciones del Pueblo de Navidad. “Hoy no estamos aquí por lo profesional, vinimos a disfrutar en familia de este hermoso día 25 de diciembre. Y es un placer ver nuestras decoraciones instaladas aquí.“, se alegra la madre de Lysandre.
“El viento nos afectó mucho”
En cuanto a los comerciantes, a pesar de los complicados últimos días, la actividad parece volver a la normalidad dadas las largas colas ante algunos puestos. Aunque los resultados de la temporada no parecen tan exitosos como en años anteriores, aseguran algunos. “Eso Hoy empieza a mejorar, pero es cierto que el viento nos afectó mucho y sobre todo los cierres que se derivaron de él.“, confiesa un comerciante que vende bolsos. “El año pasado tuve una buena facturación. No es culpa del Christmas Village estos cierres por cuestiones meteorológicas, pero para nosotros es complicado. Además, recibimos muchos comentarios de clientes que dicen que desde el punto de vista del presupuesto es complicado cuando son una familia de cuatro.“En el puesto de crepes el tráfico es más denso, sobre todo a la hora de la merienda, pero el restaurador sólo menciona un año”normal, ni bueno ni malo” para su tercer año en Barcarès.