La cuenta atrás está en marcha. En 2019, Kiev y Moscú acordaron, no sin dificultades, un acuerdo que permite la circulación de gas ruso hacia Europa, a través de Ucrania. Este acuerdo firmado con la empresa Gazprom debe finalizar a finales de 2024. Sin embargo, las dos naciones afirmaron esta semana que no querían renovar este contrato. No en vano Ucrania ya no quiere que el gas ruso circule por sus gasoductos.
Según el medio Bloomberg, esta situación preocupa especialmente a los grandes bancos, así como a la Comisión Europea, muchos de cuyos países miembros dependen totalmente del gas ruso. A partir del 1 de enero, tendrán que recurrir a otras fuentes, lo que corre el riesgo de aumentar los costos.
Rusia suministra alrededor del 15% de las importaciones de gas de Europa y, aunque sólo un tercio de este gas pasa por Ucrania, la situación es preocupante. En realidad, a los operadores bancarios sólo les quedan unos días para intentar hacer suposiciones sobre el futuro del mercado del gas.
¿Qué impacto en los precios del gas?
La primera hipótesis consiste en creer que efectivamente el acuerdo no será renovado. Este es el escenario preferido, en particular, por los bancos Goldman Sachs y HSBC.
En este caso, los volúmenes perdidos perjudicarían especialmente a países como Eslovaquia, que ha pedido un acuerdo en las últimas semanas, advirtiendo sobre posibles impactos financieros. Austria, la República Checa e Italia, que se benefician de estos flujos, deberían recurrir a otros proveedores. Por lo tanto, estos países verían aumentar el coste del gas a corto plazo.
Sin embargo, una evaluación reciente del órgano ejecutivo de la Unión Europea indica que se espera que el impacto general sea “insignificante”, ya que el continente ya cuenta con otras fuentes de suministro. Los 15 mil millones de metros cúbicos de gas que Rusia envía actualmente a través de Ucrania cada año representan menos del 5% de las necesidades totales de Europa.
“El aumento de precios sólo será significativo durante unos días al inicio del nuevo año, antes de que el mercado se adapte a la nueva normalidad y los precios se estabilicen nuevamente.” dijo Florence Schmit, estratega energética europea de Rabobank.
Otras teorías están surgiendo
“Las negociaciones son obviamente muy complejas, hay mucha política y muchos intereses diferentes, por lo que es muy difícil predecir qué sucederá el 1 de enero.” dijo Marco Saalfrank, director de venta mayorista en Europa continental de la empresa suiza Axpo Solutions AG.
Por su parte, los comerciantes siguen especulando sobre las fluctuaciones del precio del gas. Algunos creen, en particular, que un acuerdo sería más probable después de la toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero, quien afirmó a lo largo de su campaña que estaría a favor del inicio de conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia. Sin embargo, Estados Unidos es uno de los principales proveedores de gas de Europa y, por tanto, tiene sus propias ambiciones en la región.