Publicado el 25/12/2024 17:13
Actualizado el 25/12/2024 17:14
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En Roubaix (Norte), una cafetería ofrece a los clientes la posibilidad de comprar un jersey de punto a medida, confeccionado en 45 minutos, tiempo para tomar una copa con los amigos. Una forma de rehabilitar esta antigua capital de la moda, golpeada por la crisis de los años 60.
Beba café con amigos mientras teje un suéter o calcetines. Entre bar y taller de hilado, existe un concepto a medida para reconectar el hilo con la historia textil de Roubaix (Norte). Para los clientes, la experiencia comienza como en una boutique, con una sesión de pruebas. Cada uno elige el jersey de sus sueños, su corte, su talla y su color. Mientras los clientes se acomodan con una bebida, los tejedores entran en escena. En el taller, Sacha Motta, uno de los fundadores del lugar, comienza inmediatamente a fabricar. Y 45 minutos después, el jersey está terminado. Un jersey muy suave, tejido por encargo, por 85 euros.
Este concepto, único en Francia, fue cosido a mano por tres ingenieros textiles, para evitar la sobreproducción y producir prendas con total transparencia. Pero más allá del bar-taller, la idea de los tres fundadores es sobre todo trasladar la producción textil a Roubaix. Ellos, que estudiaron aquí, querían producir ropa en la antigua capital de la moda. Roubaix, que en el siglo XIX se llamaba el Manchester francés, es una ciudad industrial, coronada por cientos de chimeneas, con miles de trabajadores textiles duramente afectados por la crisis económica de los años 1960.
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