Es un poco como un regalo de Navidad. En Métabief, la nieve y el buen tiempo atraen a muchos esquiadores. Cientos de personas desfilan por las pistas. Los coches intentan adelantarse lo mejor que pueden y encontrar un espacio disponible. Algunos esquiadores devuelven sus alquileres, otros disfrutan de una última copa o comparten un gofre. Si al otro lado, en Piquemiette, reina el silencio, aquí en Métabief la emoción está ahí, para gran placer de los comerciantes.
En el restaurante Le Chamois no salimos a la superficie. “Estamos llenos mañana, mediodía y noche. No esperábamos eso, pero no podríamos haber soñado con nada mejor”.sonríe Gilles Bourdelle, el director. Tiene unas 120 plazas a la hora del almuerzo, por la tarde no para y por la noche, unas 50 personas desfilan por su restaurante. Jornadas deportivas, cosa que no le importa. “Hace calor pero lo vamos a aprovechar porque no sabemos cuánto durará, sobre todo porque la nieve siempre ha sido un problema en los últimos años”continúa el restaurador.
Condiciones excepcionales
Con este tiempo es la primera vez que Pierre-Henri Robbe, director de la tienda 4 estaciones Eyja Sport, asiste a: “El clima siempre ha sido impredecible. Allí todo empieza con las vacaciones. Tener tanta nieve con buen tiempo durante el periodo navideño son condiciones excepcionales. Es simplemente felicidad”. Si los dos últimos años han sido mixtos, esta temporada no le da ni un minuto y sigue las jornadas sin parar: “es deportivo. Se siente fatiga pero es algo bueno. Es todo lo que amamos”, explica Pierre-Henri. Alquila entre 200 y 300 pares de esquís alpinos al día, sin contar los esquís de fondo o de travesía.
“Estamos en 1800 artículos por día”Como señala un poco más arriba, Thierry Salvi, director de Métaski, una tienda de alquiler de esquí y ropa. Y esto tampoco termina con él. “Empezamos a las 8 am y terminamos alrededor de las 22:30 pm, hora de guardar todo”. Lleva 12 años gestionando su tienda y para él esta es la tercera o cuarta vez que presencia tan buenas condiciones durante las vacaciones de Navidad. Si este tiempo no es nuevo para él, eso no impide que le ponga una sonrisa en la cara. “Es bueno para la estación. Es cierto que hay que reaccionar, uno se siente un poco abrumado. Hay una multitud imposible. La gente está feliz. Ver a los niños con una gran sonrisa, eso es lo que me interesa. El esquí proporciona sensaciones que no se encuentran en otros deportes”.
Una temporada que promete ser muy interesante si las condiciones meteorológicas lo permiten. Por tanto, la felicidad está ahí por el momento y todos esperan que continúe.