Desde diciembre el malestar entre algunos vecinos de Saint-Gingolph, en el Valais, es evidente, informó este sábado “Le Nouvelliste”. En cuestión: los ciudadanos del pueblo recibieron una carta de las autoridades municipales invitándoles a demostrar, con documentos acreditativos, que efectivamente habían pagado determinadas facturas que, desde 2018, figuraban como impagadas en las cuentas del municipio. “Desde hace varias semanas, los vecinos tienen que hacer cola en el mostrador del ayuntamiento, con los documentos bajo el brazo, como prueba de su buena fe. ¡Es una pena!” exclama un ciudadano en el periódico del Valais.
Para algunas personas se trata de cantidades de varias decenas de miles de francos. Un problema contable estaría en el origen de esta confusión. Resultado: algunas facturas no fueron pagadas, pero otras desaparecieron de los libros contables o no fueron enviadas. El ex presidente de Saint-Gingolph, Damien Roch, jefe de finanzas desde hace cuatro años, supone que varios factores, entre ellos “numerosos cambios en el cargo de cajero municipal” y la falta de recursos, pueden haber llevado a esta situación.
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