Casamance, región golpeada por un conflicto armado desde hace cuatro décadas, siempre ha centrado la atención de los diferentes regímenes que la han convertido en una prioridad, independientemente de los métodos utilizados para resolver los conflictos. El desarrollo de esta zona sur del país siempre ha sido un imperativo para las distintas autoridades que se han sucedido al frente del ejecutivo. El Plan Diomaye para Casamance es ciertamente un plan nuevo y quizás salvador para el desarrollo de la región en cuestión, pero los planes y programas de desarrollo para Casamance siguen siendo una tradición para los regímenes que han gobernado Senegal.
Ante la espiral de violencia que vivió Casamance a principios de los años 1980, el presidente Abdou Diouf intentó desarrollar las llamadas estrategias constructivas para “apagar el fuego” y pacificar la región. Sin embargo, estas iniciativas de desarrollo se han vuelto complejas y difíciles debido al aumento de la violencia armada. Uno de sus emisarios, su Primer Ministro Mamadou Lamine Loum enviado a Ziguinchor, había discutido, durante una reunión especial del CRD (Consejo de Desarrollo Regional) celebrada en el antiguo ayuntamiento de Ziguinchor, la cuestión de esta crisis de Casamance. El Presidente Diouf y su régimen habían adoptado medidas para pacificar la región, que seguía resonando con el crepitar de las armas.
Los esfuerzos por reactivar las actividades económicas en Casamance siguen siendo, de hecho, un desafío difícil para los diferentes regímenes. El Presidente Abdoulaye Wade lanzó el Programa de Recuperación de las Actividades Económicas y Sociales de Casamance (PRAESC). Para él, la idea era ayudar a los combatientes que aceptaran deponer las armas. “Casamance tenía un problema de desarrollo”, dijo. Este cambio de paradigma provocó una ola de críticas. Algunos lo acusaron de valorar la rebelión. El presidente Wade y su régimen se centraron mucho en el desarrollo y la financiación para el regreso de los desplazados.
Un proceso que intentará impulsar el presidente Macky Sall, que se encontraba ante tanto financiación como ayudas para el regreso de los desplazados. Pero ante la posición radical del líder rebelde Salif Sadio, el régimen de Macky Sall logró convencer a algunos miembros de una facción del Movimiento de las Fuerzas Democráticas de Casamance (Mfdc) para que depusieran las armas. El proceso iniciado derivó en operaciones para incinerar las armas de determinados combatientes del movimiento rebelde.
El Presidente Bassirou Diomaye Diakhar Faye lanza el Plan Diomaye para Casamance: una “estrategia” que suscita grandes esperanzas entre las poblaciones del sur. Un Plan que afronta el reto de una economía colapsada en el sur del país. Hoy ya no se trata de calma y acuerdos firmados. Se trata de una nueva dinámica iniciada por el Presidente Bassirou Diomaye Faye, quien, ante el establecimiento definitivo de la paz en Casamance, debería abordar un factor importante que sigue siendo la atención a las poblaciones desplazadas y errantes. En verdad, este plan es sólo una receta para la resolución de los múltiples desafíos en esta zona sur del país. Esto implicará desarrollar dinámicamente la infraestructura vial para sacar áreas de su aislamiento. Es más, muchas escuelas se encuentran en un estado deplorable y es necesario ampliar la base de oferta escolar en determinadas zonas de la región. También debemos crear las condiciones para un retorno exitoso proporcionando buenas viviendas, infraestructura básica y condiciones dignas para que estas poblaciones desplazadas regresen a sus aldeas. La cuestión de la descontaminación de determinadas zonas también sigue siendo una emergencia. Se trata, en definitiva, de una batería de medidas de apoyo a este Plan Diomaye para Casamance que aborda la situación posconflicto. Después de los Presidentes Abdou Diouf y Macky Sall con su PPDC, el Presidente Abdoulaye Wade y su PAESC y otros ANRAC, el Presidente Bassirou Diomaye Faye pretende con su plan Diomaye para Casamance poner en marcha las rampas de desarrollo de esta parte sur del país desde donde flota desde hace algún tiempo, que ciertamente huele la paz a través de esta calma pero que espera la realización de actos que cambien su rostro.
Como recordatorio, el martes por la tarde, durante su discurso a la Nación con motivo del Año Nuevo, el Jefe de Estado, Bassirou Diomaye Faye, indicó que una de sus prioridades sigue siendo la paz definitiva en Casamance. “No puede haber un progreso real sin una paz duradera… Es imperativo permitir que todos los proyectos de desarrollo, apoyados por Visión Senegal 2050 en el Polo Económico Sur, vean la luz. Con esto en mente, inicié el Plan Diomaye para Casamance (Pdc), con el fin de apoyar el regreso de las poblaciones desplazadas y apoyar el proceso de paz en Casamance”.