No niega haber descargado estos vídeos y haberlos transferido a otros pornógrafos infantiles encontrados en Internet. Sin embargo, minimiza la gravedad de los hechos.
Fue objeto de una evaluación psicológica por parte de un centro especializado, como exige la ley. “Y desde el registro realizado en su domicilio, su interrogatorio policial y esta pericia, ¿qué medidas ha tomado? “, pregunta el fiscal adjunto.
“Nada“, responde André, mientras que el período de infracción se extiende desde mayo de 2017 hasta abril de 2021. Durante casi cuatro años, no ha hecho nada para mantener alejados a sus viejos demonios.
Un peligro para la sociedad
El fiscal adjunto protesta: “Él trivializa la pedofilia. Considera que está prohibido en Bélgica, pero autorizado en otros lugares. Dijo que desde los doce años se sintió atraído por los hombres. Según el centro especializado, debe ser monitoreado y recibir atención. Representa un peligro para la sociedad.“. Se solicita pena de tres años, con la suspensión más amplia posible.
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André responde que fueron personas malintencionadas quienes le enviaron este tipo de imágenes. Él, como tantos otros pornógrafos infantiles antes que él, se dejó llevar por una curiosidad enfermiza.
Se defiende sin abogado y pide sentencia preferencial, jurando que se someterá a terapia. Asegura al tribunal que no se asocia con niños como parte de su trabajo. Esto será verificado.
Sentencia a final de mes.
