La población de Normandía sigue creciendo, pero a un ritmo más lento, según las últimas cifras publicadas por el INSEE.
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La población de Normandía sigue aumentando, pero a un ritmo mucho más moderado que antes. Según las últimas cifras del censo del INSEE, publicadas en diciembre de 2024, la región tenía 3,33 millones de habitantes en 2022.
Desde 2016, el crecimiento demográfico ha sido solo del 0,02%, muy lejos del 0,13% registrado entre 2011 y 2016. Este estancamiento se explica en parte por un déficit natural: las muertes superan ahora a los nacimientos. Por tanto, el ligero aumento de población se debe únicamente a la inmigración procedente de fuera de la región, como en la mayoría de las regiones francesas.
En Normandía, la dinámica demográfica varía mucho de un departamento a otro. Sólo Sena Marítimo (+0,06%) y Calvados (+0,26%) mostraron crecimiento. Por el contrario, Eure, Manche y Orne registraron descensos demográficos durante el período.
Le Havre sigue siendo el municipio más poblado con 166.400 habitantes, seguida de Rouen (116.331), Caen (108.398), Cherbourg-en-Cotentin (78.028), Évreux (48.337) y Sotteville-lès-Rouen (29.039). Le Havre, sin embargo, ha visto su población disminuir un 0,38% desde 2016. La metrópolis marítima se une así a ciudades como París, Mulhouse o Reims entre los diez municipios franceses de más de 100.000 habitantes que experimentan los descensos más marcados.
Por otra parte, Rouen y Caen continúan su crecimiento demográfico. Estos municipios han ganado 6.214 y 2.995 habitantes respectivamente en seis años, hasta alcanzar hoy los 116.331 y 108.398 habitantes.
En las ciudades pequeñas, los cambios demográficos a veces resultan espectaculares. Goustranville, pueblo de Calvados con 315 habitantes, muestra un notable aumento del +10,06% desde 2016, lo que lo convierte en el municipio con mayor variación demográfica. Por el contrario, a sólo siete kilómetros de distancia, Troarn sufre una caída de población del 7,4%, la mayor de la región, hasta alcanzar los 3.500 habitantes.
Christian Le Bas, alcalde de Troarn, explica esta situación por las fuertes limitaciones locales. “No construimos viviendas desde 2020 porque el municipio tuvo un problema con su planta de tratamiento de aguas residuales. Hasta que se aumentó la capacidad de procesamiento estaba prohibido lanzar nuevos proyectos inmobiliarios“, subraya el funcionario electo. Además, la mayoría de los terrenos de la ciudad están clasificados como agrícolas, lo que limita las posibilidades de desarrollo.
