Un análisis de la ONG Générations Futures revela que la mayoría de las frutas no ecológicas vendidas en Francia en 2022 contenían al menos un residuo de pesticida detectado y asociado a un peligro para la salud humana.
La mayoría de las frutas no ecológicas vendidas en Francia contenían al menos un residuo de pesticida detectado en 2022 asociado a un peligro para la salud humana (carcinógeno, disruptor endocrino, etc.), según un análisis de la ONG Générations Futures publicado el martes sobre la base datos oficiales. En total, el 62% de las frutas y hortalizas no ecológicas analizadas contenían al menos un residuo de plaguicida (80% de las frutas, 48% de las hortalizas), según muestras de 1996 de 35 alimentos procedentes de los últimos datos del plan de vigilancia alimentaria (dirección general de Competencia DGCCRF y departamento de aduanas DGCCI). Se encontraron 137 sustancias activas diferentes.
En particular, el 56% de las frutas y el 23% de las verduras no ecológicas presentaron al menos un residuo de pesticida clasificado como cancerígeno o mutagénico o tóxico para la reproducción (CMR), según este informe. “En ningún caso (el informe) pretende evaluar el riesgo que representan estos residuos”lo que requeriría conocer los volúmenes y el grado de exposición, subraya la ONG. sin embargo el “muestra claramente la presencia muy frecuente de residuos de pesticidas con preocupantes propiedades peligrosas en numerosas muestras”subraya la organización. Y “Creemos que es aconsejable intentar reducir su presencia en nuestra dieta”resume. En particular, el 90% de las cerezas analizadas contenían al menos un residuo de pesticida CMR, el 88% de las limas, el 84% de las clementinas, el 74% de las fresas, el 79% de las uvas, el 46% de los hinojos, el 43% de las ensaladas, el 38% de las calabacín. …
Se solicitan medidas orgánicas de apoyo
El análisis tiene en cuenta las sustancias CMR conocidas, sospechadas o sospechosas por las Clasificaciones Europeas de Sustancias Químicas (CLP), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Internacional de la OMS para la Investigación del Cáncer. Además, el 67% de las frutas contenían al menos un residuo de alterador endocrino (PE), y el 32% de las hortalizas: el 92% de las clementinas, el 88% de las uvas y ciruelas, el 62% de los pepinos… El informe las considera EP. Sustancias clasificadas como tales por la EFSA, según un estudio de impacto realizado en 2016 por la Comisión Europea, a las que se suman otras cinco señaladas por la red de ONG especializadas. PAN Europa.
Por último, el 34% de las frutas y el 21% de las verduras analizadas contenían al menos un residuo de pesticida PFAS, llamados contaminantes “eternos” porque son poco degradables en el medio ambiente. El análisis se centra en los residuos. “detectado” y no sólo aquellos que pudieron haber sido “cuantificado”algunos de los cuales pueden presentar efectos nocivos sin umbral (en particular, disruptores endocrinos), explica Générations Futures. La ONG hace referencia a las recomendaciones del Consejo Superior de Salud Pública, que en 2017 sugirió “favorecer las frutas y verduras cultivadas utilizando métodos de producción que reduzcan la exposición a los pesticidas (según un principio de precaución)”.
“El gobierno debe implementar fuertes medidas de apoyo a los alimentos orgánicos y fomentar la agricultura orgánica, que está en dificultades” en los últimos años en un contexto de inflación, afirmó François Veillerette, portavoz de Générations Futures, durante una rueda de prensa. Desde 2022, en la UE existen prohibiciones (como la del fosmet, utilizado para las cerezas), señala la ONG. Pero “todavía se utilizan demasiados pesticidas peligrosos”. En un contexto de protestas agrícolas, el gobierno de Gabriel Attal suspendió el plan Ecophyto para reducir los pesticidas a principios de 2024 y luego modificó el indicador para medir su uso, para gran consternación de los defensores del medio ambiente, que anunciaron un recurso ante el Consejo de Estado.