Consumo. Desde hace varios meses, el aumento del precio del cacao y otras materias primas obliga a los chocolateros a adaptarse y buscar consejos para no “asesinar” a sus clientes. Para ellos, las celebraciones de fin de año siguen siendo un momento especial y divertido.
En seis meses, dependiendo de su origen, el precio del cacao ha aumentado entre un 35 y un 70%. Después de las malas cosechas, la de África marcó la tendencia y siguió a las de América del Sur y Asia. Las repercusiones son inevitables en las fábricas de chocolate, sobre todo porque, como menciona Maxime Henry de Maison Henry, esta crisis llega después de otras cinco: Covid, energía, cartón, mantequilla y azúcar. ¡En 5 años, la profesión lo ha visto todo! El chocolatero se declara “tristemente acostumbrado” y añade que el sector es víctima de la especulación mundial sobre las materias primas.
Al igual que sus colegas de Chaumont, Maxime Henry explica que ahora trabaja para encontrar soluciones que eviten “estrangular” a sus clientes. Para él, las celebraciones de fin de año son una época especial y aumentar el precio de venta de los chocolates sería una solución fácil.
“La Navidad sigue siendo una prioridad. Las familias quieren divertirse”.
Entonces, entre otras soluciones, el hombre miró el embalaje y cambió de proveedor. Ha elegido una empresa de Dijon que trabaja con papel del Doubs. La proximidad y el hecho de realizar un solo pedido al año le permitieron reducir los costes del cartón.
La idea es la misma para la compra de granos de cacao. Debido al desarrollo de la empresa, encarga sus cantidades durante todo el año en volúmenes mayores. Controla así, lo mejor posible, los precios.
Finalmente, Maxime Henry optó por comerse parte de sus márgenes. Resultado: “sus chocolates, a finales de 2024, no han aumentado ni un céntimo”. Y va más allá: “Espero que comience la caída de los precios del cacao para que los clientes no noten nada y escapen a esta tendencia”. Cabe señalar que también se logró el control de costos en la compra de frutos secos y el cambio de proveedores.
Juega solo los márgenes
Respecto a sus clientes, Maxime Henry señala que los hogares tienen menos presupuesto pero “la Navidad sigue siendo una prioridad. Quieren divertirse”. En otras palabras, las ventas siguen siendo correctas.
Sobre la esperanza de que los precios del cacao vuelvan a caer, Sylvain Mussy se muestra menos optimista. Apuesta más por una estabilización a finales de año que por un aumento durante dos años y medio. El chocolatero de la calle Pasteur menciona el precio del cacao e insiste en aumentar el precio de los derivados del grano, como la manteca de cacao. Uno no va sin el otro.
Por ejemplo, la oferta de granos orgánicos es tan baja que el precio de la manteca de cacao orgánica aumentó de 30 euros por kg a 45 euros por kg, un aumento del 50% en unos pocos meses. Por tanto, se vio obligado a interrumpir su producción biológica.
Para el resto del chocolate, el objetivo de Sylvain Mussy era “no trasladar completamente el aumento de los precios a su producción”. Pudo hacerlo gracias a “la entrada de los granos de cacao antes de la subida de precios”. Da algunas cifras: “Actualmente vendo un kilo de chocolate por 88 euros, un 10% más en un año. Si no hubiera seguido adelante con mis compras, habría tenido que repercutir toda la subida del precio del cacao y estaría a 95 euros el kilo”.
Un contexto más general
A esta subida del precio de la materia prima básica, el chocolatero añade la de la mantequilla y, por ejemplo, la de las avellanas del Piamonte tras cosechas catastróficas. Pasaron de 15€ el kg a 21€.
Por otro lado, quiere dar tranquilidad sobre la producción en su laboratorio. “Ofrecemos las mismas recetas y los mismos productos. Queremos preservar la calidad y los clientes no deben tener miedo, el aumento de precios sigue siendo moderado”. Sylvain Mussy cree que el consumo de chocolate continuará y que si disminuyera, las explicaciones las encuentra más bien en “el pesimismo que reina en Francia, la inestabilidad que reina allí y los temores de los franceses sobre el futuro”.
Frédéric Thévenin
“Compras inteligentes”
En la chocolatería Nicolas Thévenin, Virginie y Davy Beurné observan a los clientes que ralentizan sus compras. “Prefieren la calidad a la cantidad”, afirman, al tiempo que precisan que la época navideña sigue siendo fundamental para las familias.
La pareja repercutió en un ligero aumento de los precios de sus chocolates, pero juegan principalmente con sus márgenes y los precios de sus proveedores. Virginie Beurné está casi más molesta por la subida de precios de otros productos como las almendras, que acaban de aumentar 3 euros el kilo. Su marido habla de “compras inteligentes” para controlar costes.
Juntos decidieron jugar con las cantidades y renunciar a determinados productos de la tienda como las castañas confitadas o la bollería porque, incluso más que el cacao, el precio de las tabletas de chocolate ha aumentado aún más…