Ambientalistas firman plataforma contra proyecto vial

Ambientalistas firman plataforma contra proyecto vial
Ambientalistas firman plataforma contra proyecto vial
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El futuro A412 es “anacrónico” para un colectivo de funcionarios electos de Alta Saboya y Ginebra.

Los ecologistas de Alta Saboya, pero también de Ginebra, se pronuncian contra este proyecto de autopista de 40 años que está a punto de finalizar para abrir Chablais. Firmaron un artículo en Libération.

Un proyecto anacrónico según los opositores

Esta A412 es “un proyecto de carretera que acaba con el clima y una aberración anacrónica en términos económicos y ecológicos”, según el colectivo. Más allá del aspecto medioambiental, los opositores también denuncian el coste de la autopista en un contexto de “escasez presupuestaria” para las comunidades.

Signatarios a ambos lados de la frontera

Entre las asociaciones firmantes de este foro: Acpat, la Asociación de consulta y propuestas para el desarrollo y el transporte. También encontramos a Delphine Klopfenstein-Broggini, Consejera Nacional Suiza, Alfonso Gómez, Consejero Administrativo y ex Alcalde de Ginebra, Fabienne Grébert, Consejera Regional de Alta Saboya, Benjamin Joyeux Consejero Regional de Alta Saboya, Sophie Boussemart, Secretaria Regional Les Ecologistes Pays de Savoie y Elisabeth Charmot, ex representante electa de Thonon.

La plataforma:

En un momento en que el Estado impone a las comunidades una política de austeridad sin precedentes, Alta Saboya celebra la formalización de la concesión de la A412, un proyecto de carretera que acaba con el clima y una aberración anacrónica en términos económicos y ecológicos, señala un colectivo de cargos electos de el departamento y de Suiza.

En un momento de escasez presupuestaria generalizada, parece razonable revisar un cierto número de proyectos no esenciales y concentrar los esfuerzos de inversión en la sostenibilidad de los servicios públicos para toda la población. Y en un momento de absoluta emergencia climática, parece al menos racional detener todos los viejos proyectos de infraestructura que artificializan el suelo para priorizar la preservación de las tierras agrícolas. En 2024, esta simple observación fáctica debería ser compartida por toda la clase política. Sin embargo, en Chablais, a orillas del lago Lemán y a dos pasos de Ginebra, un grupo de cargos electos de derechas, acompañados por el lobby de las autopistas, todavía se resiste a la necesaria transición.

Así, el 11 de octubre, durante el congreso de alcaldes de Alta Saboya, la Ministra de Asociación con los Territorios, Catherine Vautrin, junto con el Ministro de Economía, Antoine Armand, anunciaron que habían firmado el documento que formalizaba la concesión de la A412, la controvertida futura autopista denominada “du Chablais” entre Machilly y Thonon, a la empresa Eiffage. El presidente del consejo departamental Martial Saddier, la diputada de Chablais Anne Cécile Violland, la senadora de Alta Saboya Sylviane Noël y todos los cargos electos presentes saludaron una “verdadera victoria”.

¿Pero una victoria para quién, en este caso? Para la sociedad Eiffage, que podrá cobrar los frutos de sus futuros peajes durante cincuenta y cinco años, no hay ninguna duda. Sin embargo, por el interés general, por el de la población de Chablais y, más allá, por el de toda la cuenca de Ginebra, por la preservación de los bosques, las tierras agrícolas y los humedales para mitigar el cambio climático, hay realmente motivos para estar consternado por la artificialización del equivalente a 242 estadios de fútbol. Esta carretera entre Machilly y Thonon, serpiente marina desde hace cuarenta años, es una aberración verdaderamente anacrónica en términos económicos y ecológicos. En primer lugar, hay que recordar que, aunque se revisara la subvención inicialmente prevista de 110 millones de euros del consejo departamental de Alta Saboya y los fondos públicos anunciados fueran sólo de 12 millones de euros, se trata de sumas aún menores para financiar un transporte público libre de carbono. En un momento en el que el Estado impone a las comunidades una política de austeridad sin precedentes, resulta bastante sorprendente ver cómo un departamento sigue encontrando millones de euros para proyectos de carreteras climaticidas.

Funcionarios electos locales que tienen las narices metidas en el cemento

Y en un momento de absoluta emergencia climática, mientras el Estado francés también lucha por implementar eficazmente una “artificialización neta cero” para frenar la concretización incontrolada de los suelos, este proyecto es una visión totalmente anticuada y obsoleta. Nos enfrentamos a un cierto número de parlamentarios y funcionarios electos locales que tienen las narices metidas en el cemento, donde tenemos que invertir mucho más en el transporte colectivo con bajas emisiones de carbono del mañana y, sobre todo, en el tren.
Mientras que el Léman Express, resultado de una larga consulta entre las autoridades suizas y francesas, se inauguró en 2019 para mejorar la oferta ferroviaria y animar a los trabajadores transfronterizos de Chablais, en particular, a utilizar más el tren, este proyecto. Por el contrario, la red de carreteras añadirá miles de coches a la carretera. Esto sin consultar a Ginebra, mientras que la contaminación que generará la futura autopista afecta a toda la cuenca ginebrina a ambos lados de la frontera y Suiza acaba de rechazar, el 24 de noviembre, en una votación popular, la ampliación de sus autopistas. Lo que al menos debería preocuparnos al otro lado de la frontera.

Frente a esta implacabilidad por parte de los cargos electos de derecha franceses radicalizados por la carretera, sigue siendo tranquilizador comprobar que cada vez más colectivos de vecinos, agricultores e incluso cazadores se unen a los ecologistas para denunciar este proyecto del siglo pasado. , así como funcionarios electos en Ginebra de todas las tendencias políticas. Por este motivo, todos los Verdes y Ecologistas de la cuenca de Ginebra, a ambos lados de la frontera, seguirán luchando junto a ellos para poner fin a la conducción todoterreno y lograr políticas públicas concertadas y finalmente dignas de la Desafíos del siglo XXI. No olvidemos a Denis de Rougemont, célebre escritor suizo, quien decía que “toda política es autorización para el futuro”.

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