entre Francia y Siria, relaciones económicas casi inexistentes

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En 2023, Siria fue el 151º cliente y el 161º proveedor de Francia. El país representaba “el 0,004% de las exportaciones de Francia al mundo”, según el Tesoro.

Anunciada durante la noche del sábado al domingo, la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria es un acontecimiento importante en Oriente Medio. La huida del líder fue bien recibida por varios Estados, entre ellos Francia, que denunció, en un comunicado de prensa, su “represión de gran violencia contra el propio pueblo” desde 2011. Si bien persisten muchas incógnitas sobre el futuro de la nación siria, los vínculos económicos entre este país y Francia son tenues, por decir lo menos.

En los últimos años, Siria ha sufrido mucho a causa de su guerra civil, desde el punto de vista humanitario, social y económico. En 2021, la Comisión Económica y Social para Asia Occidental, un organismo de la ONU, estimó la “La destrucción acumulada de capital físico desde el inicio del conflicto asciende a 117.700 millones de dólares y las pérdidas del PIB a 324.500 millones de dólares”. Un coste colosal, que también provocó el colapso de la producción de petróleo en un 80% “debido a la destrucción selectiva de la infraestructura energética”añadió el departamento económico regional del Tesoro de Beirut, en una nota fechada el pasado mes de febrero.

Como era de esperar, los vínculos económicos entre Francia y Siria han sido, como mínimo, frágiles desde entonces: París nunca ha reabierto la embajada que había sido cerrada por decisión de Nicolas Sarkozy en marzo de 2012. Si se dispone de datos fiables, difíciles de encontrar desde el estallido de la crisis guerra civil en 2011, el país es un mercado modesto, de unos veinte millones de habitantes, que sufre de un bajo PIB per cápita, su inestabilidad y una actividad todavía muy dependiente de agricultura, que representa más de un tercio de su valor añadido, según el Tesoro francés.

Comercio limitado

Desde el punto de vista comercial, Siria está más bien conectada con Turquía, Líbano, Jordania, Kuwait, China y los Emiratos Árabes Unidos, según el Observatorio de la Complejidad Económica. En 2022, Francia fue el undécimo proveedor y el 24º cliente de Siria, informa el FMI. Por su parte, Siria fue, en 2023, el 151º cliente de Francia y su 161º proveedor. “Representa el 0,004% de las exportaciones de Francia al mundo”añade Hacienda.

Las exportaciones francesas sólo pesaron, en 2023, 22,5 millones de euros. Se trataba principalmente de productos químicos, perfumes y cosméticos, productos de la industria alimentaria o productos farmacéuticos. Por el contrario, las importaciones de productos sirios representaron menos de 5 millones de euros. Había productos agrícolas, químicos e incluso textiles. Por tanto, el saldo fue superávit para Francia, del orden de 27,2 millones de euros. Una cantidad que se redujo significativamente un 14% respecto a 2019.

Además de los intercambios comerciales, la presencia oficial francesa en el país sigue siendo muy limitada, por no decir inexistente. Una situación que se explica por la guerra, sus consecuencias, así como por las sanciones impuestas al país. “Un total de 70 entidades y 289 personas son objeto de medidas restrictivas de la UE en Siria”indicó el Quai d’Orsay en 2021. Queda por ver qué futuro elegirá la nación siria, tras la caída de su antiguo líder, y si estos parámetros evolucionarán.

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