Con la victoria de esta noche en Anfield, el equipo de Arne Slot se sitúa ahora a siete puntos de los blues, que también han jugado un partido más. Todo tras remontar la desventaja inicial tras el gol visitante de Ayew en el minuto seis.
Tenían que ganar y el Liverpool, líder de la Premier League, lo hizo. En el clásico Boxing Day, el público de Anfield tembló al inicio del choque entre los Reds y el Leicester, que se adelantó en el minuto seis con Jordan Ayew, que sorprendió a la defensa contraria y enfrió a Alisson. El gol visitante, que lucha por no descender, tuvo un efecto importante en los locales, que tardaron en reaccionar. Antes del descanso, sin embargo, Gakpo empató con un buen servicio de Mac Allister.
La segunda mitad comenzó con los rojos motivados para darle la vuelta al partido de inmediato. Algo que ocurrió en el 49 con el gol de Curtis Jones. Después de haber revertido definitivamente el curso del partido, los locales tomaron medidas y gestionaron la situación, hasta el centro en el minuto 82 de Mohamed Salah, que evitó así también los malos deseos recibidos tras una polémica foto con el árbol de Navidad con el familia.
El gol del egipcio supuso el 3-1 que luego sería el resultado definitivo de un partido que los de Arne Slot se llevaron a casa con más dificultad de lo esperado. Al final, sin embargo, llegan tres puntos a Anfield que sitúan a los Reds cada vez más en lo más alto de la Premier League. Ahora están siete puntos por delante del Chelsea, que también ha jugado un partido más.