Patrice contaba con un aumento de su pensión, que hoy es muy baja. Sin el complemento, recibe entre 600 y 700 de pensión básica. “Mi aumento fracasacomo todos los logros que se suponía que íbamos a conseguir”se lamenta este agricultor de cereales jubilado de Oise. Vendió su granja, cerca de Breteuil, a su hijo en 2020. “Es muy difícil vivir con menos de 1.000 euros al mes. Culpo a los diputados por haber suspendido este aumento, pero sobre todo al Presidente de la República, que sabía, al disolver la Asamblea este verano, que no iba a funcionar. que vaya bien, y luego, ahí. no hay mayoría en la asamblea. Que podamos cambiar de Primer Ministro, eso no garantizará una gran estabilidad. Todavía no habrá mayoría”.
Entre las medidas incluidas en el proyecto de ley de orientación agrícola, suspendido en la Asamblea y cuyo futuro está amenazado por el derrocamiento del gobierno Barnier, los agricultores esperaban sobre todo una cambio en el método de cálculo de su pensión. Se determinaría sobre la base de los mejores veinticinco años, como para los empleados del sector privado, y más en carrera enteracomo hoy.
“Volveremos a vivir un período de inestabilidad”lamenta Quentin Thibaut, secretario general de los Jóvenes Agricultores del Somme. “Todo estará en pausacomo este verano cuando dimitió el gobierno de Attal”. Más durante este tiempo, “la tierra sigue girandotenemos que trabajar para pagar nuestras cuentas, alimentar a nuestras familias, a nuestros animales”añade Valentín Crimet. “Los diputados creen que podemos arrancar la página y empezar de nuevo, pero así no es la vida. Están en la superficie. ¿Por quién nos toman? ¿Para qué?”
Los agricultores se reunieron frente la agencia regional de servicios de pagodonde se manifestaron este miércoles 4 de diciembre para protestar contra los retrasos en el pago de las ayudas de la PAC, por temor a que el proyecto de ley de orientación agrícola, que recoge determinadas exigencias de la FNSEA, quede en el camino. “Nos vamos a encontrar nuevamente con las narices en el agua”denuncia Marie-Françoise Lepers, criadora de vacas para carne en Argoules, en el noroeste del Somme. Ella está particularmente preocupada por probable aplazamiento de los pagos de ayuda de emergencia destinado a los agricultores que se encuentran en mayores dificultades. Algunos, teme, se quedarán al margen del camino y abandonarán la profesión, al borde de un abismo financiero.
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