El ex profesor de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM) Brad Aeon fue absuelto el miércoles de haber agredido sexualmente y agredido violentamente a una mujer en numerosas ocasiones. El juez le concedió el beneficio de la duda razonable, pese a las contradicciones y la “falta de transparencia” de su testimonio.
Publicado a las 13:46
“Todas las explicaciones del acusado sobre las acciones que cometió y el nivel de fuerza que utilizó no son inverosímiles. Sus explicaciones no demuestran que haya actuado sin el consentimiento del denunciante”, concluyó el miércoles la jueza Marie Kettlyne Ruben, absolviendo al acusado de todos los cargos.
Molesto, el denunciante abandonó la sala del tribunal llorando, mientras una docena de familiares de Brad Aeon celebraban. En el scrum de prensa, el abogado defensor Mmi Adam Ginzburg destacó las consecuencias “devastadoras” del proceso legal para su cliente.
Mientras era profesor en la UQAM y especialista en “gestión del tiempo”, Brad Aeon salió con Violette*, la denunciante. No eran pareja. Su relación se centraba principalmente en las relaciones sexuales, especialmente del tipo BDSM (bondage, dominación, sumisión y sadomasoquismo).
En el juicio, el demandante dio un testimonio muy contundente. Ella relató detalladamente numerosos episodios de relaciones sexuales muy violentas (mordidas sangrientas, rasguños, sexo anal) que, según dijo, nunca dio su consentimiento. Por ejemplo, en su primera vez, Brad Aeon “la abofeteó muy fuerte”, testificó.
« Inesperadamentesaltó por mi garganta. Me estranguló con ambas manos. Rápidamente me mareé”, dijo Violette, describiendo su segunda noche.
Violette dijo que estaba “abierta” a prácticas sexuales violentas, pero reiteró que había sido muy clara sobre los límites de lo que era aceptable. Sin embargo, Brad Aeon no respetó sus límites, según Violette. A veces continuaba las relaciones sexuales porque temía la ira del acusado, dijo.
En su defensa, Brad Aeon repitió que siempre aseguró el consentimiento de Violette durante sus relaciones sexuales “respetuosas y consensuadas”. Dijo, por ejemplo, que ajustaría la potencia de su bofetada si se diera cuenta de que había sido demasiado fuerte. Según el juez, sus explicaciones plantean una duda razonable sobre el consentimiento del denunciante.
El juez Rubén observó ciertas “ambigüedades” y falta de “transparencia” en el testimonio de Violette. Le acusa de haber insistido con el abogado defensor sobre el uso de un término en su testimonio. Otro elemento: la víctima explicó que una carta presentada como prueba estaba llena de “insinuaciones”. Una explicación “cuestionable”, según el juez, ya que la profesión de la víctima se basa en su pluma.
Asimismo, la denunciante explicó que “se escondió en su cabeza” dos veces durante los ataques, mientras se encontraba en disociación. Sin embargo, luego dijo que se había comportado así en varias ocasiones. Una contradicción según el juez.
En sus alegatos finales, el abogado defensor pintó un retrato extremadamente negativo de la denunciante, descrita como una feminista ideológica alimentada por su venganza contra los hombres. METROmi Ginzburg utilizó los escritos ficticios de la demandante para concluir que creía que todos los hombres son “intrínsecamente violentos”.
El juez, sin embargo, rechazó la tesis de “fabricación” planteada por la defensa.
“Un veredicto de inocencia no significa que los hechos no ocurrieron. No más que una absolución equivale a decir que el Tribunal no cree al querellante, significa que no se ha probado la culpabilidad de un imputado más allá de toda duda razonable”, concluyó el juez.
METROmi Lauren Dahan representó a la fiscalía.
*Nombre ficticio