La selección suiza acabó su año 2024 con nota positiva contra Inglaterra, vigente campeona de Europa, en Sheffield. Después de un comienzo flojo que le costó el único gol del partido, tomó impulso y realizó una muy buena segunda parte. Habría merecido algo mejor que una derrota.
ESPECTÁCULO. Animados por el apoyo de los más de 20.000 espectadores presentes y por un espectáculo al inicio del partido literalmente todo fuego, todo llamas, los ingleses tomaron a los suizos por el cuello. El equipo de Sarina Wiegman, que realizó una gran revisión de su plantilla, lógicamente pudo abrir el marcador ya en el minuto 8 con un tiro libre aparentemente inofensivo. Lamentablemente, la pasividad suiza y la falta de impacto físico permitieron a Grace Clinton anotar tranquilamente después de que el poste de Elvira Herzog devolviera un cabezazo de Millie Turner. Un comienzo catastrófico que los jugadores de Sundhage lograron digerir a pesar del escandaloso dominio de las “Leonas”. Tuvieron el mérito de cerrar filas y evitar hacerse agua por todos lados.
PEQUEÑOS DETALLES. Al igual que contra Alemania, a Suiza le faltó inspiración en las raras situaciones ofensivas que se presentó antes del té. Un pase demasiado largo o por el contrario demasiado corto, un poco de control flojo, una mala elección… Hubo que esperar hasta el minuto 39 para ver a los helvéticos marcar un disparo, el único en los primeros 45 minutos de juego. Llegó de los pies de Sydney Schertenleib, que asumió la responsabilidad cuando tuvo la posibilidad de desplazar a Iman Beney hacia su derecha. Sin embargo, este disparo no preocupó mucho a la portera Hannah Hampton.
DETONADOR. Algo cambió en la mente de los suizos en el descanso. Se atrevieron cada vez más. De repente, las elecciones fueron mejores y los duelos más comprometidos. Y hubo ese momento, este momento suspendido2, durante el cual Iman Beney, colocado de nuevo en el centro del ataque tras la salida de Schertenleib, se escapó tras una majestuosa recepción del balón. El entusiasmo y la locura del Valaisanne casi silenciaron a Bramall Lane, esta fortaleza donde ningún equipo había marcado el más mínimo gol contra la selección femenina inglesa durante sus cuatro encuentros anteriores en Sheffield. El disparo de Beney, autora de un encuentro destacable -estuvo en todos los buenos tiros-, salió demasiado centrado y la portera contraria pudo intervenir. En el proceso, Herzog hizo una magnífica parada para evitar el 2-0. Suiza entonces cambió definitivamente de cara mientras, paradójicamente, hacían su entrada los mejores ingleses. Más emprendedora, creó varias buenas oportunidades y habría merecido igualar.
BUENA CALIFICACIÓN. A veces hay derrotas que no tienen un sabor amargo. Éste es uno. Dominada, arrollada, detrás, Suiza sufrió durante 45 minutos. Sin embargo, resistieron y poco a poco fueron ganando confianza con el paso de los minutos hasta convertirse en el mejor equipo del campo en el minuto 50. Un empate ante Australia, una victoria ante Francia y una gran reacción, pese al resultado, en Inglaterra tras el desastre ante Alemania. El equipo de Pia Sundhage demostró que tenía carácter. Si el camino aún es largo, el trabajo por realizar es importante, su año está lleno de promesas.
RECUERDOS. Bramall Lane, uno de los estadios de fútbol más antiguos, está lleno de recuerdos. Entre ellos, dos partidos de la selección suiza en julio de 2022. Dos derrotas: 2-1 contra Suecia y 4-1 contra Holandaentonces vigente campeón de Europa, sin duda, pero sobre todo dos partidos en los que los suizos dieron una buena batalla antes de ceder en los minutos finales. Las Leonas inglesas regresaron por primera vez desde el 26 de julio de 2022 al recinto donde ganaron su semifinal de la Eurocopa 2022 por 4-0 a Suecia en el camino hacia su triunfo. El ambiente allí era incandescente.
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Sheffield, Ludovic Perruchoud