Una cuenca de retención para limitar las inundaciones

Una cuenca de retención para limitar las inundaciones
Una cuenca de retención para limitar las inundaciones
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Eso es todo, salvo una inundación de 100 años, los Groussayons, habitantes del barrio de Groussay en Rambouillet, ya no se inundarán en caso de una gran tormenta. El jueves se inauguró una cuenca de almacenamiento de agua.

Invisible, ya que está bajo tierra, basta con una casa para localizarla y acceder a ella, la cuenca de Groussay es un gran depósito de 6.000 a 7.000 m³. Ayuda a prevenir inundaciones almacenando agua durante las fuertes lluvias mientras la estación aguas abajo gestiona el flujo.

Esta piscina es el resultado del trabajo de varios años. Iniciada por primera vez en 2016 por Marc Robert, entonces alcalde, la delegación de autoridad se concedió a los Territorios de Rambouillet. Esta cuenca forma entonces parte del plan maestro de saneamiento. La construcción comenzó en agosto de 2022.

Los datos técnicos fueron explicados por Sophie Brinstex, directora de agua y saneamiento del área urbana, durante la inauguración oficial que permitió a algunos cargos electos, empleados y socios, en el lugar, descender al fondo del tanque. “Esta piscina, con un diámetro de 22 metros, está enterrada a 22 metros de profundidad. Sus cimientos se entierran hasta 50 metros de profundidad para lastrarlo lo suficiente dada la naturaleza del suelo. »

Dos episodios de inundaciones

Hay que entender que antes de la construcción de esta gran cuenca de 20 m de altura, cuando llovía, todas las aguas residuales (alcantarillado y pluviales) de este lado de la RN10 iban a parar a las alcantarillas en red unitaria y al pantano de Groussay. Lo que no fue absorbido por la estación de Guerville se desbordó. Se trataba de aguas residuales, a menudo compuestas de desechos sólidos y malolientes. “Este depósito de retención permitió crear dos tuberías: una que recoge las aguas residuales y otra que recoge el agua de lluvia. En caso de mal tiempo, este tipo de red garantiza la evacuación del agua de lluvia directamente al medio natural, evitando así la saturación de las redes de aguas residuales”, explican los representantes de los Territorios de Rambouillet.

Se produjeron dos episodios de inundaciones en 2016, con casi 1,80 metros de agua, y en 2018, que afectaron no sólo a la población, sino también a edificios históricos. “En algunos lugares había más de un metro de agua, lo que provocó ciertas situaciones de desesperación”, recuerda Véronique Matillon, alcaldesa de Rambouillet.

Este nuevo estanque tiene garantizada no sólo contra inundaciones, sino también, mediante su método de tratamiento, la gestión de malos olores.

Para gran orgullo de Sophie, este proyecto obtuvo la “Victoria de la inversión local y la prevención de riesgos ambientales”. También tuvo el placer de comprobar que funcionó a principios de semana, durante una tormenta.

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