Una madre que hizo pasar a sus hijas por inuit, condenada a tres años de prisión.

Una madre que hizo pasar a sus hijas por inuit, condenada a tres años de prisión.
Una madre que hizo pasar a sus hijas por inuit, condenada a tres años de prisión.
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Karima Manji recibió de forma fraudulenta el equivalente a 100.000 euros en prestaciones destinadas a los inuit. Fue sentenciada el jueves después de declararse culpable de fraude en febrero.

“La Sra. Manji victimizó a sus propios hijos… a sus propias hijas que quedaron gravemente comprometidas por sus crímenes”, lanzó Mia Manocchio, jueza de Nunavut, Canadá. El juez se enfrentaba a un caso nunca antes visto al otro lado del Atlántico: Karima Manji se declaró culpable de fraude en febrero tras afirmar que sus hijas eran inuit, lo que le permitió recibir más de 150.000 dólares canadienses (100.000 euros) en concepto de prestaciones para residentes inuit. Fue sentenciada el jueves a tres años de prisión, que pasará en una penitenciaría federal.

Según los datos recogidos por el diario británico The Guardian, Karima Manji, residente en Toronto, envió en 2016 documentos para sus dos hijas, Amira y Nadya, con el fin de obtener un documento de identidad inuit. La canadiense, de 59 años, vivió en Iqaluit, la capital del territorio, en los años 1990, pero sus dos hijas nacieron en Ontario y no tienen ningún vínculo con los inuit ni con las tierras de Nunavut.

La solicitud había sido objeto de una revisión exhaustiva por parte de los miembros de la comunidad para evitar registros fraudulentos, y Nunavut Tunngavik Incorporated (NTI) la había aprobado. En el proceso, los dos niños, que tenían 18 años en el momento de los hechos, obtuvieron dinero de la asociación Kakivak, descrita en documentos judiciales como “una organización al servicio de los inuit […] que proporciona fondos de patrocinio a Baffin Inuit para gastos relacionados con la educación”.

La madre fraudulenta devolvió 130.000 dólares canadienses

Así, entre septiembre de 2020 y marzo de 2023, Nadya y Amira recibieron 158.254,05 dólares canadienses en beneficios de organizaciones de Nunavut. Para Amira Gill estaba pendiente otra suma de 64.413 dólares canadienses en la primavera de 2023, pero no ha sido pagada. Hasta la fecha, la madre fraudulenta ha devuelto 130.000 dólares canadienses y aún debe 28.254 dólares canadienses a la asociación Kakivak.

«[Cette affaire] debe servir como una señal para cualquier futuro pretendiente indígena de que la falsa apropiación de la identidad indígena en un contexto criminal resultará en una sanción significativa”, dijo Mía Manocchio. De hecho, Canadá se enfrenta de vez en cuando a casos fraudulentos de ciudadanos que afirman ser descendientes de nativos. Por otra parte, los casos de fraude con los inuit son mucho más raros.

La población inuit de Canadá, que asciende a unas 70.000 personas, vive principalmente en el norte del país.

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