“Por experiencia sé que el trabajo del Consejo es difícil, así que déjenlos trabajar. » António Costa se mostró muy evasivo el día después de una cena informal el 17 de junio en Bruselas donde los líderes europeos discutieron –sin concluir– los futuros “puestos de alto nivel” de la Unión. Durante un debate sobre el futuro de la Unión en Lisboa, el ex jefe del gobierno portugués evitó cuidadosamente las preguntas de los periodistas. Sin embargo, es casi seguro que sustituirá a Charles Michel al frente de la institución que reúne a los 27 jefes de Estado y de Gobierno.
Incluso antes de la cumbre prevista en Bruselas para los días 27 y 28 de junio, se llegó a un consenso entre los seis líderes de los países europeos, entre ellos el francés Emmanuel Macron y el alemán Olaf Scholz, sobre el nombramiento de los “altos cargos”: el presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen cumplirá un segundo mandato, mientras que el exjefe de gobierno portugués Antonio Costa se convertiría en el nuevo presidente del Consejo Europeo y la jefa de gobierno estonia Kaja Kallas sería nombrada jefa de la diplomacia de la UE.
La candidatura de António Costa finalmente no se vio afectada por sus problemas legales. De hecho, el ex jefe de gobierno portugués está luchando con el sistema judicial de su país: la Operación “Influencer”, un asunto de corrupción que pesa sobre su entorno y que lo empujó a dimitir el 7 de noviembre. Cinco de sus antiguos colaboradores están imputados por la dudosa asignación de concesiones de exploración de litio y producción de hidrógeno.
António Costa no fue acusado formalmente, pero él mismo solicitó ser oído en el marco de la investigación en mayo. Sin embargo, el 17 de junio, mientras los Veintisiete estudiaban su candidatura, los medios de comunicación portugueses revelaron el contenido de unas escuchas telefónicas que parecían implicarle. ¿Esquema? ¿Un intento de última hora de descarrilar las pretensiones europeas del ex primer ministro? Estas filtraciones que violan el secreto de la investigación son especialmente perjudiciales para el funcionamiento de la justicia.
“Un europeísta convencido”
En la adversidad, su más feroz adversario político, el actual primer ministro del gobierno de derecha en el poder en Lisboa desde marzo pasado, Luís Montenegro, es paradójicamente su mejor apoyo. «No sólo por ser portugués lo apoyamos. También es un europeísta convencido, que defiende los valores de la Unión, los de la democracia. Y aboga por la solidaridad política y económica entre los países europeos », declaró recientemente el jefe del ejecutivo, que ve en su predecesor una ventaja “por Portugal y por Europa”.
António Costa, que cumplió 63 años en julio, comenzó su carrera política a los 14 años uniéndose al movimiento juvenil socialista, antes de estudiar Derecho. Diputado a los 30 años, ocupó varios cargos ministeriales (asuntos parlamentarios, justicia) en el gobierno de António Guterres (1995-2002), antes de convertirse en alcalde de Lisboa en 2007. Llegó al poder en 2015 tras excelentes maniobras de coalición. logró convencer a Bruselas de los méritos de su política antiausteridad.
El politólogo António Costa Pinto nos asegura:«Es un excelente candidato para este puesto porque proviene de un país pequeño, no está “vinculado” a las grandes potencias europeas, es bien conocido por las instituciones y tiene la capacidad de negociación reconocida por sus pares.» Un punto de vista aparentemente compartido por los líderes europeos.
