En Hérault, a pesar de los salarios, los obsequios y las bonificaciones, los restauradores siguen sin encontrar a sus temporeros

En Hérault, a pesar de los salarios, los obsequios y las bonificaciones, los restauradores siguen sin encontrar a sus temporeros
En Hérault, a pesar de los salarios, los obsequios y las bonificaciones, los restauradores siguen sin encontrar a sus temporeros
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Charles Luylier (corresponsal en Hérault) / Créditos de las fotos: VALENTINO BELLONI / HANS LUCAS / HANS LUCAS VIA AFP
10:22 a. m., 17 de junio de 2024

A medida que se acerca el verano, la industria del turismo todavía tiene escasez de trabajadores. En Occitania, más de la mitad de los empresarios del sector afirman tener dificultades para contratar. Algunos empresarios, especialmente en el sector de la restauración, han optado incluso por aumentar los salarios. Pero hacia Palavas-les-Flots, en Hérault, no funciona.

Los profesionales del turismo están dispuestos a hacer cualquier cosa (o casi) para encontrar trabajadores temporeros… Pero incluso con grandes salarios, es una molestia. En cualquier caso, esto es lo que afirman varios empresarios que buscan desesperadamente trabajadores temporeros. En Occitania, el 53% de los jefes dicen tener dificultades para contratar personal. Por eso, a pocos días del verano, muchos empresarios, especialmente en el sector de la restauración, han optado por aumentar los salarios para atraer candidatos. Sin éxito…

“Es desalentador”

Un mes antes de la apertura de su restaurante en Canet-en-Roussillon, a Fabrice le faltan trabajadores temporeros. Sin embargo, este año, más que nunca, este jefe está tendiendo verdaderos puentes de oro con los candidatos potenciales. “Tuvimos que invertir. Compramos una casa sólo para los temporeros. Para nosotros, un chef cobra entre 3.000 y 3.500 euros, algo que era impensable hace apenas unos años. La ventaja es la bonificación al final de la temporada. También se premia con una corta estancia en España y aún nos quedan cuatro puestos por cubrir, es desalentador”, describe.

Desalentadoras e inexplicables, porque estas dificultades ya no son prerrogativa de la restauración y de sus horarios restrictivos. Ahora, incluso las tiendas de ropa como la de Anna se ven afectadas. Consecuencia: sus empleados a tiempo completo corren el riesgo de verse privados de vacaciones este verano. “Pensar en nuestras vacaciones es complicado, porque nos cuesta encontrar gente que venga a sustituirnos. Aquí hay playa, hay mar y montaña. Verano, la gente no quiere trabajar”, reconoce la vendedora.

Jefes que, sin hablar, explican que rara vez se presentan voluntarios, pero a menudo para trabajar sin declarar.

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