¿Epopeya del gran despertar o crónica de un comienzo tardío?

¿Epopeya del gran despertar o crónica de un comienzo tardío?
¿Epopeya del gran despertar o crónica de un comienzo tardío?
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Durante el noveno congreso regional de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) en Oujda, Driss Lachgar, el león del partido, rugió con un fervor sin igual. En un discurso extravagante, salpicado de duras críticas y mordaces reprimendas, Lachgar atacó al Ejecutivo, sin olvidar recordar que la USFP, a pesar de sus largos períodos de hibernación, sigue siendo un actor esencial en la escena política marroquí. Ah, el encanto indomable de la nostalgia y la memoria selectiva cuando nos retiene…

Es fascinante ver cómo la indignación política se convierte en un deporte nacional, practicado con rara elegancia. Driss Lachgar, como un maestro de armas, blandió sus críticas contra el Ejecutivo, denunciando las debilidades y carencias del actual equipo de gobierno. ¿Pero no es esto un espectáculo de déjà vu? Un poco como una película antigua que miramos con ternura culpable, aunque ya sabemos el final.

Sin embargo, es fascinante observar con qué habilidad la USFP maneja las críticas constructivas. Imagínese aplaudir las estrategias gubernamentales con la mano izquierda mientras con la derecha señala con el dedo su torpe ejecución. Driss Lachgar, como un equilibrista político, logra caminar sobre esta cuerda floja, alabando, por un lado, las nobles intenciones del Ejecutivo, mientras deplora, por el otro, su caótica implementación. Ah, la belleza de la política de oposición…

Oujda, ¿escenario de un renacimiento o de un acto final?

Hay que decirlo, atacar al Ejecutivo es casi demasiado fácil. Es un poco como dispararle a una ambulancia o culpar al invierno por hacer frío. Pero Lachgar, con su talento oratorio, pudo transformar este objetivo comprensible en un ejercicio retórico extravagante. Sin embargo, detrás de estas poderosas palabras se esconde una pregunta más sutil: ¿Qué pasa si esta crítica es sólo una cortina de humo, una forma elegante de distraer la atención de las propias deficiencias del USFP?

Oujda, esta ciudad en la encrucijada de culturas e historias, fue elegida para este congreso. Una coincidencia ? Ciertamente no. Es aquí donde Lachgar espera, como el fénix, ver a la USFP renacer de sus cenizas. Pero detrás de esta ambición se esconde una realidad más oscura. Porque si la USFP quiere ser el campeón de la renovación, todavía está luchando por convencer a una población cada vez más desilusionada por promesas incumplidas y discursos encendidos sin futuro.

Mientras Driss Lachgar se enfurece contra el Ejecutivo, la verdadera pregunta sigue siendo: ¿es la USFP todavía capaz de cumplir las expectativas de un Marruecos que cambia rápidamente? Sus miembros, leales pero cada vez más escasos, miran a su líder con admiración mezclada con escepticismo. Porque ya no es el momento de grandes discursos, sino de acciones concretas. Y, si algo nos ha enseñado la historia es que las palabras, por poderosas que sean, ya no son suficientes para moldear el futuro.

Un congreso en Oujda: ¿qué sigue?

La ciudad de Oujda, con su rica historia y sus desafíos contemporáneos, parece ser el escenario perfecto para este melodrama político. Lachgar, al evocar el glorioso pasado y los sacrificios de los activistas ittihadi, parece querer resucitar una era en la que la USFP era un faro de la política nacional. Sin embargo, detrás de esta retórica extravagante se esconde una realidad mucho más mundana: la lucha por una relevancia renovada en un panorama político en constante cambio.

El final de este congreso en Oujda deja un sabor amargo. No porque los discursos carecieran de brío, sino porque resonaron como un eco lejano de una época pasada. Driss Lachgar, a pesar de su innegable talento, debe enfrentarse ahora a una realidad despiadada: la de un mundo en el que las palabras ya no son suficientes para enmascarar las deficiencias y donde la acción se convierte en la única medida verdadera del éxito.

Ahí lo tienen, un vistazo a la trágica grandeza de la escena política aquí, donde los actores, aunque talentosos, a veces parecen estar interpretando una obra cuyo desenlace ya ha sido escrito. ¿Pero no es ese el encanto eterno de la política? Una danza perpetua entre la esperanza y la desilusión, donde cada paso nos recuerda que el verdadero cambio no ocurre con palabras, sino con acciones.

Crítica a la implementación: ¿un ejercicio de estilo?

Driss Lachgar ha hecho de las críticas a la implementación del gobierno su caballo de batalla. No duda en denunciar las “decisiones institucionales fallidas” que, según él, han frenado el desarrollo de la región oriental. Es casi trágico cómo grandes estrategias pueden arruinarse por una ejecución torpe. Sin embargo, ¿no es ese un estribillo que ya hemos escuchado muchas veces? La crítica de la implementación se ha convertido en el ejercicio estilístico favorito de quienes, si bien simpatizan con las líneas generales, se sienten decepcionados por los detalles.

En resumen, este noveno Congreso Provincial de la USFP en Oujda ofreció un escenario perfecto para que Driss Lachgar, maestro de la retórica y del doble discurso, aplaudiera las estrategias mientras criticaba su implementación. Ésta es la esencia misma de la política de oposición, que, con demasiada frecuencia, se parece a una escena del teatro del absurdo. Sin embargo, ¿no es precisamente este absurdo lo que hace que la política sea tan fascinante?

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