Un asistente beneficiario que había realizado numerosas solicitudes de crédito fraudulentas antes de declararse en quiebra y evitar reembolsar 165.000 dólares deberá cumplir 18 meses de prisión domiciliaria, ordenó un juez, recordando que este tipo de delito impacta a toda la sociedad.
“Creemos erróneamente que las víctimas son los bancos cuando es toda la sociedad. Porque si las comisiones bancarias son elevadas es a causa de todos estos fraudes”, comentó este jueves la jueza Marie-Josée Di Lallo en el tribunal de Montreal.
El magistrado hablaba del caso de Brahim Madani, un asistente de beneficiario sin incidentes que cometió su crimen hace una década, cuando ganaba alrededor de 30.000 dólares al año.
Excepto que le gustaba la fiesta y su salario no le alcanzaba.
Fue entonces cuando conoció a un “entrenador de quiebras” que le dio “consejos” sobre cómo llenarse los bolsillos.
Retiros en cadena
Así, en un mes, el imputado de 58 años incrementó el número de solicitudes de crédito. Y para maximizar sus posibilidades, proporcionó documentos falsos que hacían parecer que tenía un salario alto.
“Presentó seis solicitudes de crédito, obteniendo un límite combinado de $104.000”, se puede leer en el resumen de hechos.
Luego, Madani cobró el dinero sin que nadie supiera qué hacía con él, excepto unas pocas decenas de miles de dólares gastados en ropa, viajes y accesorios electrónicos.
“Varias de estas transacciones fueron posibles mediante un esquema de fraude que implica aprovechar los tiempos de compensación de cheques entre bancos para realizar un pago utilizando un cheque no financiado”, se aclaró al tribunal.
El estafador también compró un coche nuevo por 55.000 dólares, que vendió poco después en Argelia.
Dudosa quiebra
Luego, Madani se declaró en quiebra, diciendo que era insolvente debido a problemas matrimoniales y a su adicción al alcohol y las drogas. Excepto que la Superintendencia de Quiebras investigó su caso y descubrió el fraude.
“Utilizó su crédito de manera acelerada y abusiva de manera claramente incompatible con sus ingresos”, se consigna en el sumario de los hechos.
Así, Madani, que desde entonces ha llevado una vida ordenada, quedó atrapado en su pasado.
“Lo siento sinceramente”, dijo tímidamente ante el tribunal este jueves.
Para el juez, está claro que Madani había sido utilizado por personas malintencionadas.
“Las organizaciones criminales buscarán personas como los acusados, sin historias, que sean capaces de tomar malas decisiones”, afirmó.
Pero no importa quién estuviera detrás de esto, fue Madani quien fue atrapado y fue él quien sufrió las consecuencias. Su abogado Mmi Yann Trignac, sin embargo, recordó que su cliente había puesto fin a sus crímenes por sí solo y que desde entonces ha llevado una vida ordenada.
Esto jugó a su favor, permitiéndole conseguir 18 meses para servir en casa, además de tener que realizar 240 horas de servicio comunitario.
“Está tan avergonzado de sus acciones que nunca lo volveremos a ver [en cour criminelle]“, concluyó.
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