Recorrieron los mismos caminos que los libertadores hace 80 años. El sábado 1 de junio, la Marcha Internacional por la Paz partió de la playa del desembarco de Utah Beach para llegar a una de las primeras ciudades liberadas en Normandía, Sainte-Mère-Église. En esta 16ª edición participaron cerca de 1.000 personas, de todas las edades. Algunos vinieron con su familia, otros con su club de senderismo o incluso con su capellanía. Creyentes y no creyentes se unen en esta marcha organizada por la parroquia de Sainte-Mère-Église, para vivir una jornada amistosa, bajo el signo de la paz.
El padre Marie-Bernard Seigneur, párroco, subraya el carácter popular de este evento. “ No somos activistas por la paz, no somos especialistas en geopolítica, sino gente corriente que marcha por la paz. La gente está feliz de vivir un día tranquilo, donde nos encontramos, donde hablamos. Se siente bien en el mundo de hoy vivir un día como este. »
Caminar por la paz también es una oportunidad para que algunos se pregunten cómo ser pacificadores. “ Este caminar por la paz me da ganas de hacer algo por las situaciones que sé que no se han resuelto, para encontrar soluciones, por amor a la conexión. », explica Anne-Sophie, que participa por segunda vez en la marcha.
