El juicio de Bernard Squarcini y otros nueve acusados, del miércoles 13 al viernes 29 de noviembre, en el tribunal judicial de París, ofrecerá una inmersión en el mundo de las influencias, los disparates y las batallas secretas entre imperios del lujo. “Le Squale” -su apodo, en referencia a su capacidad para nadar en aguas turbulentas- es sospechoso de haber utilizado su puesto al frente de la dirección central de inteligencia interna (DCRI, antecesor de la dirección general de seguridad interior, o DGSI) para prestar servicios en beneficio del grupo de lujo LVMH entre 2008 y 2012. En particular, movilizó a sus equipos para identificar a un chantajista que afirmaba tener fotografías del jefe del grupo de lujo, Bernard Arnault, en compañía de una persona que se supone que es su amante.
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El exjefe de inteligencia nacional también fue despedido por seguir utilizando sus habilidades interpersonales en la policía y en los servicios de inteligencia después de su salida de la DCRI, en 2012, y hasta sus primeras acusaciones en este caso, en 2016. La información obtenida de los funcionarios fue comunicó a las empresas privadas a las que asesoraba a cambio de una remuneración –en primer lugar a LVMH–, pero también a las redes de Sarkozy. En este procedimiento de múltiples niveles, es destituido por once cargos, todos los cuales impugna, incluidos “tráfico pasivo de influencias” y “comprometimiento de secretos de defensa nacional”.
Los otros acusados son en su mayoría antiguos funcionarios, algunos reconvertidos al sector privado: agentes de policía, un prefecto, el entonces número dos del Consejo Nacional de Inteligencia o incluso un magistrado. Algunos respondieron a las peticiones de Bernard Squarcini tras su salida de la DCRI o pidieron a sus colegas que proporcionaran información a LVMH. El grupo de Bernard Arnault estaba especialmente preocupado por una denuncia presentada por Hermès por “uso de información privilegiada” y “manipulación de precios” tras la entrada masiva e improvisada del gigante del lujo en su capital.
Espionaje de François Ruffin
Otros acusados son sospechosos de haber participado en el espionaje del periódico. Faquir y su fundador, François Ruffin, hoy diputado (varios de izquierda) por el Somme, mientras preparaba su documental Gracias jefe!). Durante la asamblea general de LVMH en abril de 2013 se iba a filmar una acción militante pacífica que finalmente fue frustrada por la vigilancia y la infiltración de Faquirque se prolongará hasta 2016, año de emisión del documental, lo que supondrá más de 400.000 euros de gastos.
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