Tras varios informes de los vecinos de un edificio de Gorron (Mayenne), en febrero de 2024, los gendarmes se dirigieron a casa del inquilino de un apartamento, en presencia del propietario. Los vecinos habían alertado en varias ocasiones sobre la presencia de papeleras en zonas comunes y ladridos de perros.
Perros muy demacrados
A pesar de una carta dirigida al joven inquilino, éste no consideró oportuno estar presente durante la reunión. Entonces fue el dueño del apartamento quien abrió la puerta. Notaron una gran cantidad de desechos esparcidos por el suelo, olores a orina y excrementos de animales. Estaban presentes dos perros huskys, muy demacrados y visiblemente sufriendo graves malos tratos. En este apartamento también residía una serpiente.
El examen de los perros por parte de un veterinario confirmó la gran debilidad de los animales y su desnutrición, probablemente habiendo estado privados de agua, comida y cuidados durante algún tiempo.
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No se ha pagado ni un solo alquiler desde su instalación.
El dueño del local explicó que su inquilina, una mujer de 24 años, llevaba allí 6 meses, pero no había pagado ni un solo alquiler. Él mismo había sido alertado por el barrio sobre los ladridos y la presencia de bolsas de basura. La inquilina negó entonces tener perros en su alojamiento. Había intentado en vano obligarla a abandonar el lugar.
El acusado pudo ser interrogado y finalmente admitió tener la custodia de los dos perros, que le había confiado su amo.
La SPA conocía estos perros, debido a una denuncia realizada en su página web contra el propietario.
“Los perros casi mueren”
“Los perros casi mueren”subrayó el abogado de la parte civil. Solicita la confiscación de los animales y su devolución a la SPA.
El fiscal indica que el imputado, que no compareció ante el tribunal, “Tomó la decisión de abandonar a los animales en su casa”. Solicita una recalificación de los hechos como abandono voluntario exponiendo al animal a un riesgo inmediato de muerte, con el fin de qué “Esta acusación se corresponde más con la realidad”.
El tribunal aceptó la reclasificación de los hechos y condenó a la joven a tres meses de prisión, con pena simple suspendida. Además, ordena la confiscación de los animales que serán entregados a la SPA y la prohibición de tener perros durante 10 años. También tendrá que pagar 500€ a la SPA por daños y perjuicios.