Recientemente, el Estado de Senegal pidió a todas las empresas extranjeras que operan en su territorio que pagaran sus impuestos directamente a Senegal. Esta iniciativa tiene como objetivo lograr que los recursos generados en el territorio beneficien verdaderamente el desarrollo del país. Sin embargo, es imperativo garantizar que estas empresas no compensen sus costes a expensas de la población local.
Grande Côte Opérations (GCO), empresa especializada en la extracción de arenas minerales (en particular, ilmenita, rutilo y circón), opera en Lompoul y pertenece en parte al grupo francés Eramet. El Estado francés posee el 27,13% de las acciones de Eramet, lo que demuestra la implicación directa de un Estado extranjero en la explotación de nuestros recursos naturales.
Esta situación plantea preguntas urgentes sobre la protección de nuestros recursos y la gestión de su explotación por parte de empresas multinacionales. El ejemplo de Lompoul ilustra perfectamente la urgencia de intervenir para evitar consecuencias desastrosas para las poblaciones locales y el medio ambiente. Debemos asegurarnos de que las actividades de estas empresas sean beneficiosas para los senegaleses y no destructivas.
La filosofía “jub jubal jubanti”, defendida por el Presidente Bachirou Diomaye Faye y el Presidente Ousmane Sonko, enfatiza el 100% del patriotismo. Es crucial que el Estado senegalés se ajuste a este ideal protegiendo los intereses de su población. Es preocupante que, si bien nuestros periodistas y medios de comunicación deberían informar de manera justa y veraz, no parecen estar prestando atención a lo que sucede en sus propios países. Por otra parte, esta situación es denunciada por la prensa extranjera, poniendo de relieve un importante problema de gobernanza.
Por lo tanto, pido al Estado de Senegal que intervenga inmediatamente para proteger los recursos naturales, las empresas locales, la agricultura y los derechos de la población senegalesa. Es imperativo establecer medidas de control estrictas sobre las actividades de las empresas extranjeras, en particular aquellas en las que el Estado francés es accionista, como GCO. La protección de nuestros recursos naturales y la mejora de las condiciones de vida de los senegaleses deben ser la máxima prioridad de nuestro gobierno.
Lompoul es un ejemplo sorprendente de cómo la explotación de recursos naturales por parte de empresas extranjeras puede tener consecuencias desastrosas para las poblaciones locales. Las actividades de GCO en Lompoul han provocado graves problemas medioambientales y sociales que afectan a la calidad de vida de los residentes. Es imperativo que el Estado senegalés intervenga rápidamente para regular estas actividades, proteger el medio ambiente, apoyar a las empresas locales, promover la agricultura y garantizar que los beneficios de la explotación de los recursos naturales beneficien realmente a la población senegalesa. La intervención del Estado es necesaria para evitar que estas situaciones se repitan y garantizar un desarrollo sostenible y equitativo para todo el pueblo senegalés.
Jub jubal jubanti
el ladrón