En un campo, un buey tira de una yunta y obedece a su dueño con el dedo y el ojo. Esta práctica ancestral reaparece en las granjas de Francia, especialmente en Courgenard, en Sarthe. Luc Bernard, antiguo propietario de una granja de 72 hectáreas, quería encontrar una granja a escala humana. Cambió su tractor por ganado, para ayudarle en sus tareas diarias: “ Es un placer trabajar con un animal, no escuchar el ruido de los motores. Y el vínculo que formamos con el animal es muy satisfactorio. »
El arte del yugo: precioso saber hacer artesanal
Profesionales de toda Francia vinieron a Sarthe para debatir sobre estas técnicas ancestrales. Originario de Borgoña, Michel Nioulou fabrica a mano yugos a medida: “ Es realmente muy ergonómico. Un yugo es un trozo de madera que debe encajar lo más cerca posible para no herir al animal. También tiene que resultarle cómodo. »
Aprendizaje paciente para ganado y agricultores
La tracción del ganado requiere un largo período de aprendizaje por parte de los animales. Laurent Martin, especialista en ganadería, apoya a los agricultores que quieran empezar: “ Hay doma y todo lo relacionado con equipamiento, como yugos. Hay que aprender a trabajar con cuero, madera y hierro que se pierden. Por eso tratamos de promover este saber hacer. ».
Cada vez más agricultores jóvenes están a favor de este regreso a lo básico. Actualmente, en las granjas francesas trabajan entre 400 y 500 cabezas de ganado.
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